La presidenta de Unidos por la Vida reclama públicamente el fin de la tortura y muerte de los niños en gestación por medio del aborto, a tenor de la prohibición de hacerlo con los toros en Cataluña.

 

Sin duda la vida de una criatura humana vale más que la de un toro, para cualquiera en su sano juicio, afirma Pilar Gutiérrez, y más cuando se sabe fehacientemente que esa vida en gestación no es un mero coágulo sino que a las 6 semanas ya le late el corazón a un niño en gestación y que se pueden registrar ya sus ondas cerebrales. Más aún, ya se empieza a mover y a dar volteretas en el vientre de su madre.

También se ha comprobado que el niño siente el dolor a partir de la 8ª semana de gestación, pues los nervios nociceptores aparecen en la piel del feto antes de la novena semana. La primera actividad nerviosa del cerebro fetal ocurre en el tálamo (centro del dolor) a los 2 meses de embarazo. Hacia el final de la 5ª semana, un ligero golpe en la boca del feto hace que los labios se retraigan, y a los 2 meses y medio de gestación se puede decir con certeza que su respuesta a los estímulos no es un reflejo. Y más aún, el niño siente el dolor de forma mucho más intensa que el adulto porque sus nervios no tienen aún la capa de mielina.

En base a todo ello, Unidos por la Vida intensificará sus acciones informativas y preventivas para lograr el repudio social de la brutalidad del aborto, como se ha logrado con las corridas de toros. Asimismo seguirá ofreciendo terapia del Síndrome post-aborto a las víctimas colaterales de esta patología y atavismo social por medio de su página web de www.nomassilencio.com.

Unidos por la Vida