En vísperas de la manifestación convocada en Pamplona para el sábado, contra la integración de Navarra en Euskadi, firmaba yo un artículo sobre los orígenes de la famosa Disposición Transitoria Cuarta de la Constitución española, según la cual Navarra podría integrarse en Euskadi si los navarros así lo aprueba en referéndum. Una concesión de Adolfo Suárez a Carlos Garaicoechea, para que los nacionalistas vascos aceptaran la Carta Magna, operación por la que la UCD utilizó como instrumento a Jaime Ignacio del Burgo.

Empezando por el final, digamos que la mencionada Disposición es la razón por la que Adolfo Suárez nunca ha sido un político bien visto en Navarra. Para ser exactos, nunca ha recibido un reconocimiento de las instituciones navarras, como sí lo recibiera en Vitoria cuando era lehendakari el mencionado Garaicoechea.

El señor Del Burgo, hoy diputado de Unión del Pueblo Navarro (UPN), es decir, de UPN-PP, me envía una carta de protesta, que comienza con un desprecio: según él, ha sido un amigo quien le ha facilitado el artículo, porque, está claro, él no lee Hispanidad. Lo sentimos de verdad, porque, si no lee Hispanidad, ¿cómo se informará este muchacho? Eso sí, alabamos los buenos amigos del señor Del Burgo, que sí leen Hispanidad y que consiguen que, tan sólo cinco horas después de la emisión ya contáramos con una carta de protesta encima de la mesa. Si leyera Hispanidad, habría tardado minutos.

Luego viene eso tan bonito de "nada de lo que cuentas es verdad", una sentencia lapidaria pero no demostrada que aprovecha el hecho de estar hablando de cuestiones acaecidas hace 29 años. El principal argumento es que fue el señor Aizpún quien defendió la postura de UCD sobre la Disposición Transitoria Cuarta. Pues bien, el señor Aizpún -que no puede defenderse por haber fallecido, aunque tiene hijos que lo hacen-, a partir de tan entusiasta defensa de la Disposición, rompió la UCD, le dejó a usted solo (bueno, eso sí, acompañado de Izquierda Democrática, con el futuro ministro del PSOE, Javier Moscoso, en primera línea). Dígame señor Del Burgo, ¿cómo es posible que el 6 de diciembre de 1978 el pueblo español aprobara la Constitución y con ella la Disposición, y menos de un mes después, el 2 de enero de 1979, se constituyera en Pamplona Unión del Pueblo Navarro (UPN), quizás porque se sentían vendidos por Adolfo Suárez -y por usted, señor Del Burgo- con la dichosa Disposición? ¿Cómo es posible que la redicha Disposición supusiera la defunción de UCD en Navarra, mucho antes de que se estrellara en octubre del 82? ¿Cómo es posible que, al mismo tiempo, los disidentes de UCD triunfaran electoralmente y se convirtieran en la gran fuerza política foralista? ¿Cómo es posible que usted mismo zascandileara hasta terminar en UPN, aquel partido creado para hacerle frente a la Disposición Transitoria y al expansionismo vasco sobre el viejo Reino? ¿Cuántos años tardaron en aceptarle, una vez más, en UPN, señor Del Burgo? ¿Y cómo es posible que, tras muchas peripecias, el propio Partido Popular tuviera que aceptar su desaparición en Navarra y su representación por otra formación, llamada UPN? Y por cierto, ¿cómo es posible que a usted se le siga calificando en Navarra como "el del PP"?

¿Recuerda usted qué compañero suyo de la cúpula de la UCD navarra llamó ‘traidores' a quienes abandonaron la UCD para constituir a UPN?

¿Que Adolfo Suárez no le presionó? Pero hombre, señor Del Burgo, ¿no recuerda usted aquella larga noche de negociación entre Carlos Garaicoechea y Adolfo Suárez, en Presidencia del Gobierno? Se hizo tan tarde que Suárez ofreció al Lehendakari habitación para pasar la noche. ¿Y no recuerda el titular de un periódico navarro al día siguiente? Abrió de esta forma: "Suárez ofrece a Garaicoechea cama, camisa y el Reino de Navarra".
Eulogio López