Ruiz de Gauna negoció los derechos de retrasmisión representando a Vía digital, cuando ya había acordado trabajar en Mediapro. Ahora es el director general de La Sexta, en representación de un accionista más caracterizado, Mediapro, y se ocupa personalmente de la negociación sobre los derechos de retransmisión el Mundial Alemania 2006.

De Gauna es un verdadero virtuoso de la confusión. Semanas después de que Hispanidad pusiera sobre el tapete el engaño de La Sexta -que en ningún caso puede, ni de lejos, asegurar que el 9 de junio podrá ofrecer los partidos ni al 80, ni al 70, ni a la mitad de la población española- De Gauna continúa haciendo de las suyas.

Por tanto, conviene aclarar:

1. Por 104 millones de euros compraron, ojo, al alimón, Sogecable y La Sexta, los dos canales socialistas, los derechos de retransmisión del Mundial a Telefónica. Luego han negociado entre ellos, aunque Polanco renunció desde el comienzo a la emisión en abierto y e centro en la retrasmisión de pago.

2. La Sexta no puede emitir en abierto, porque ni la verdad es que no tiene antenizada ni a la cuarta parte del país, mucho menos el 70% del que presume para el 9 de junio. José Miguel Contreras y Ruiz de Gauna utilizan un doble lenguaje: hablan de las señalizaciones o red troncal, que instala Abertis. Es verdad que la empresa de La Caixa y ACS ha hecho y está haciendo un esfuerzo especial, con el fin de conseguir que esa red troncal, o señalizaciones, se instale a gran velocidad, por encima de lo pactado, que no era otra cosa que el 80% a 31 de diciembre. Antes del 9 de junio podrá tener el 70% de todo el territorio. Ahora bien, cuando Abertis termina su trabajo, comienza el trabajo más duro : llegar al domicilio, es decir, modificar, orientar y amplificar las antenas en cada edificio del país. Lo que podríamos llamar, la baja tensión de la TV.

3. Desde el primer momento, Contreras y De Gauna no querían el Mundial: lo que querían era utilizar le Mundial para antenizar a más velocidad, metiendo presión a ABertis y a los antenistas. Con ello conseguían la mejor campaña de publicidad posible para una TV que trata de abrirse hueco en un mercado difícil, campaña con polémica incluida, al tiempo que, al final, como deberá ser La 2 quien retransmita, la TV publica, es decir, todos los españoles, le pague a La Sexta su proceso de antenización. La polémica no puede resultar más artificial.

Eso sí, De Gauna debe es un tipo trabajador, dado que continúa en el tajo a pesar de haberse convertido en una gran fortuna.