Sr. Director:

Supongo que alguien ya debe de tener calculado lo que los españoles gastaremos este año en las compras de Navidad, y el incremento que ello supondrá respecto al año pasado. ¿Será un 15 o un 20% más? Ya se encargarán los grandes almacenes de motivarnos para que sea cuanto más mejor, asegurándonos que así seremos muy felices en  estas fiestas.

No estoy en contra de que, días tan señalados para los cristianos, se celebren con extraordinarios en las comidas, y que nos hagamos regalos unos a otros como muestra de afecto y cariño. También en Belén hubo regalos para la Sagrada Familia, que les permitirían hacer algunos extraordinarios. Pero me parece que nuestros excesos navideños contrastan bastante con la sobriedad del Pesebre. Con tanto consumismo estamos olvidando lo más genuino del mensaje navideñ que el Hijo de Dios se hace hombre para que los hombres vivamos como hijos de Dios. Y no creo que sea propio de hijos de Dios, ni de personas sensatas, el pastón que nos gastamos en regalos a nuestros hijos, -que en muchos casos les hacen más mal que bien-, y el despilfarro que hacemos en comida y calorías, mientras más de 800 millones de personas pasan hambre en el mundo según Cáritas.

Si fuéramos capaces de ir contracorriente y destinar a cualquier obra benéfica ese 15 o 20%  que teníamos pensado gastarnos de más este año, quizá nuestra Navidad sería más auténtica,...y seguramente más feliz.

Federico Gómez Pardo

fredericgomez@agronoms.org