Otra cosa es que el interesado, haciendo de la necesidad virtud, haya ejecutado un elegante relevo que agranda aún más la figura de Amado Franco, el primer ejecutivo de Ibercaja y el hombre que realmente llevaba el día a día de la entidad. Naturalmente, al fondo, está la posible fusión de Gas Natural (La Caixa) con la primera eléctrica española (Endesa). Una fusión forzada por el diario El País, con el apoyo del ministro de Industria socialista, José Montilla. Al final, el PRISOE (Prisa PSOE), es decir, Jesús Polanco, que es quien realmente manda en la economía española, está propiciando la reconversión de todo el sector energético, tanto petrolero como eléctrico.

 

Es muy probable que la fusión (que en el fondo será una  absorción de Endesa por La Caixa) se lleve realmente a efecto. Pero será La Caixa (Ricardo Fornesa y Antonio Brufau) quien realmente mandará en la compañía resultante.

 

El periódico económico Cinco Días, asimismo del grupo Prisa, afirmaba que Pizarro dejaba Ibercaja para liderar el proyecto de Gas Natural. Es posible que nominalmente Pizarro, si se lleva a cabo la fusión, presida ese grupo, pero, desde luego, no será el primer ejecutivo. Es más, desde La Caixa, Ricardo Fornesa ya ha popularizado un sistema por el que su cuerpo de directivos controla pero no dirige el día a día de las grandes empresas de su grupo industrial. Entendido así, sí podríamos contar con un Pizarro presidente de un grupo formado por Gas Natural-Endesa e incluso Aguas de Barcelona, pero sólo entendido así.

 

En otras palabras, el Gobierno Zapatero no está reformando todo el tejido industrial español para otorgárselo a quien considera uno de sus enemigos: Manuel Pizarro.