Según el padrón, ya rozamos los 45 millones de habitantes, frente a los 38 de diez años atrás. Esto supone que la población española ha crecido un 16%. Ahora bien, en 10 años la economía española ha venido creciendo a un ritmo aún superior a ese 16%, con incrementos del PIB por encima del 2,5 y hasta del 3%. El Gobierno socialista blasona de ello como el popular hizo lo propio entre 1996 y 2004. Ahora bien, en una población envejecida pero que crece rápidamente gracias a la inmigración, ¿puede hablarse de crecimiento anual acumulado del 3% durante una década o es simplemente que el PIB crece porque crece la población?

Una pregunta, como tantas en economía, donde puede responderse sí o no. Porque el análisis económico –remember- se ciñe hoy a la evolución de la economía, que no de las economías familiares, con lo cual podemos vivir el espejismo de que la economía española marche bien al mismo tiempo que la economías de los españoles marchen mal. Sí, eso es posible, y da que pensar.

A este efecto, recuerden que la inmigración no ha tenido más que consecuencias positivas sobre el país de acogida con una excepción: aún han bajado más los ya de por sí bajos salarios españoles.

Y es que si el PIB crece por el simple hecho de que crece la población, pero el nivel de vida mengua, entonces no sólo tendremos que cambiar de política económica, sino incluso de teoría económica.

Eulogio López