Sr. Director:

La educación en España presenta muchas deficiencias; tanto en aspectos académicos como en lo que a urbanidad y civismo se refiere.

Los padres se quejan por las dificultades que encuentran para realizar su tarea como educadores, y  el profesorado de la excesiva delegación de responsabilidades por parte de las familias y del poco respaldo que recibe de la administración.

Las autoridades educativas intentan poner remedio con algunas iniciativas como la  Educación para la Ciudadanía.

En principio la finalidad de la misma es loable: transmitir valores como la tolerancia, la responsabilidad, la libertad, la solidaridad y la justicia. Aunque estos valores podrían transmitirse transversalmente mediante todas las asignaturas, ello plantea la dificultad de que a muchos  profesores sólo les  preocupa transmitir conocimientos, y tampoco tienen claro como transmitir valores cívicos.

Por ello no está de más una asignatura como EpC, con la que todos hubiéramos estado de acuerdo de no haberse incluido en el temario cuestiones de conciencia en las que los profesores no deben entrar, como la visión ética de la sexualidad o de la familia. El error del Gobierno ha estado en no consensuar los contenidos con todos los sectores sociales implicados, especialmente las familias, como recomendaba la Unión Europea.

La solución, a mi entender, no está en quitar la asignatura, sino suprimir los contenidos que ofrecen reparos. O en todo caso, dejarla como optativa y alternativa a la clase de Religión.

Isidro Vidal Badía

isidrovidalbadia@yahoo.es