Sr. Director:
Después de haber asistido en directo a la función de teatro del miércoles en el Congreso, deberíamos hacer un cálculo aproximado de lo que nos costó la entrada a cada español, porque la función la pagamos todos nosotros, ¿o no?

 

Además sería bueno que meditáramos profundamente sobre el mensaje de la función

Porque mientras esta situación continúe no vamos a salir de crisis alguna por muchos deseos que tengamos; es más, cada día estaremos peor.

Me viene a la mente el ejemplo de aquel padre que mantiene a seis hijos porque ninguno trabaja, y todos los hijos tienen pisos, coches, móviles, portátiles, mp3, etc., etc. pagados por el padre; me temo que, o es Botín, o terminará arruinado; es más, pienso que hasta Botín terminaría arruinado.

Creo que cada país tiene el Gobierno que se merece y nosotros no vamos a ser menos; o tomamos cartas en el asunto y los socialistas (todos aquellos que votaron PSOE) se dejan de fanatismos y se ocupan del PSOE; y los que votamos PP hacemos lo mismo con nuestros representantes (los mismos hipócritas con distinto traje); y los votantes de los demás partidos hacen lo mismo con los suyos (en este país se cuentan con los dedos de la mano los políticos que se salvan), nuestros problemas tienen difícil solución.

Cualquier empresario, por muy ignorante que sea, sabe que si no hay trabajo tiene que reducir los gastos porque si no se arruina y la empresa quiebra; y si la facturación se redujo a la mitad, el personal también tiene que reducirse, porque no tiene sentido gastar 200 para ingresar 100. Precisamente por eso España tiene los parados que tiene, que seguro que son muchos más de los que dicen.

¿Se imaginan a un empresario o autónomo que no gana para comer, hipotecando su casa y su familia para poder contratar un grupo de expertos con el fin de que le enseñen como salir de esa situación? ¿Se imaginan a ese parado que lo acaban de despedir, sacando un crédito y corriendo a contratar los servicios de un asesor personal, los de un decorador para reformar la casa, cambiando de coche y llevando a su familia de vacaciones por el Caribe?

Si hay alguien capaz de imaginarlo es que ha comprado el optimismo que ese desastre con patas que tenemos por presidente nos está intentando vender.

Los políticos, sean del partido que sean, son, o deben ser empleados nuestros (porque el Estado somos todos y los mantenemos con nuestros impuestos, que es dinero que aportamos todos con nuestro trabajo) y no como está sucediendo que, en lugar de estar ellos al servicio del ciudadano estamos todos nosotros a su servicio.

Estamos tan perdidos en nuestra enferma comodidad, que llegamos a permitir que sean ellos mismos (nuestros empleados) los que se suban el sueldo a su antojo.

Los funcionarios también son empleados nuestros, y si no funcionan hay que mandarlos a la calle (como a cualquier asalariado que no cumpla al 100% con su deber), y si quieren vivir, como la mayoría, del cuento (que me perdone la minoría), que pongan una cooperativa (que para eso hay subvenciones),  y contraten a funcionarios como ellos. ¡Ya verán cuánto duran!

De los sindicalistas casi mejor no hablar miles de hombres y mujeres que no producen nada, excepto para ellos mismos, y que encima nos pretenden enseñar como debemos defendernos, ¿de quién?, si nuestros peores enemigos son ellos mismos. ¿Qué esperamos para sacarlos a patadas de nuestras vidas de trabajo, o es que no somos capaces de negociar mejor por nosotros mismos?, porque lo que está claro, o debería estarlo vista la situación, es que ellos saben negociar muy bien, pero para seguir viviendo a cuenta nuestra. Ya lo dijo un hombre sabio: Líbreme Dios de mis amigos, que de mis enemigos ya me libro yo.

La verdad es que me siento como ese padre del ejemplo anterior,

Ceo que estamos todos muy enfermos, y los buitres (pájaros que se alimentan de la carroña) revolotean a nuestro alrededor, comiéndose los despojos de los que van sucumbiendo, mientras los demás seguimos nuestras vidas egoístas, de inconsciente despilfarro, carentes de valores morales, hipócrita y sinvergüenza; engañándonos a nosotros mismos diciéndonos que: a nosotros no nos tocará.

Pido humildemente perdón por el tono de esta opinión, porque aunque parezca de cabreo, no lo es; lo fue pero ya no lo es; en estos momentos lo que me invade es el desencanto y la tristeza, y lamento profundamente la ceguera de todos aquellos (políticos, jueces, policía, funcionarios, periodistas, intelectuales,)  que teniendo en sus manos el poder de servir, se han convertido en nuestros buitres y se alimentan de nosotros.

Hace casi dos mil años, un hombre poderoso y gran maestro, muy inteligente y ejemplo de integridad, escribió una carta a uno de sus discípulos previniéndole de cosas que iban a ocurrir en el futuro (porque él sabía que nosotros la leeríamos en nuestros días), se llamaba Pablo y todos (incluido los que se consideran socialistas y ateos) deberíamos leer su carta (sobre todo los primeros renglones) a Timoteo, en el Nuevo Testamento (2 Tim, 3:1-5); en ella veríamos que la culpa de todo lo que nos está ocurriendo en este precioso país la tenemos nosotros, porque ya hace tiempo (2000 años), que se nos viene avisando ¿o no?

Que Dios nos perdone, porque no sabemos lo que hacemos.

Ángel Garnelo