Mientras en España PP y PSOE se fustigan por el caso E.ON y ambos discuten quién es más liberal, y ambos se insultan calificándose de nacionalistas económicos, el gaullista Jacques Chirac lo tiene mucho más claro. Al presidente francés le importa un bledo lo que diga Bruselas porque él es quien manda en los organismos comunitarios ¿Que la italiana ENEL OPA a Suez? Pues en 24 horas deciden fusionar Suez con Gaz de France (GdF), de control público y Bruselas, en lugar de boicotear la operación, como ha hecho con Endesa, afirma que abrirá un muy severo expediente para que la empresa resultante se vea obligada a vender activos. Pero la operación sigue adelante.

No sólo eso, sino que el presidente francés presume de ello. Así, Chirac acaba de declarar que Francia dispondrá de cuatro gigantes energéticos en Europa: Suez-GdF, la petrolera Total, la omnipresente Eléctricité de France (EDF), así mismo pública, y el propio consorcio nuclear francés (Areva), aunque este último no deja de ser una baladronada, dado que forma un todo con EDF. Es posible que la comisaria de competencia, la temida Neelie Kroes, no se haya enterado de estas declaraciones, pero por el momento permanece mudita. Y es que no es lo mismo ser español que ser francés. Pero, sobre todo, los franceses, sean de izquierdas o de derechas, defienden lo suyo, mientras que en España PSOE y PP se dedican a devorarse mutuamente, y claro, los extranjeros se aprovechan.

De esta manera, en algunos sectores fundamentales, como banca o energía, en España se da la paradoja de que contamos con empresas muy rentables y muy opables. Claro que si como explicación se invoca el formidable conjuro del concepto liberalismo, entonces yo me callo y respetuosamente inclino la cabeza.

Lo único que me fastidia es que el susodicho conjuro no impresiona nada, lo que se dice nada, al señor Jacques Chirac ni a Angela Merkel, ni a Romano Prodi. Ni tan siquiera a Tony Blair, dispuesto a jugar al mercado libre y las fronteras industrias con todas sus industrias, ciertamente, pero no con sus instrumentos financieros: bancos, aseguradoras y mercado de valores. El único país que no tiene modelo industrial ni económico es España. Porque para liberales, nosotros. Y es que el liberalismo económico es un buen principio, pero siempre que aplique con estas dos condiciones:

1. Al grito de o todos o ninguno.

2. Que se compita entre iguales, porque el libre mercado no puede ser un combate de boxeo entre un peso mosca y un peso pesado.