• Las 'subprimes' norteamericanas ya llevaban implícitas todo lo que continúa ocurriendo hoy.
  • La especulación financiera sigue imperando y, encima, ahora los mercaderes chantajean a la deuda soberana.
  • Una crisis que ha afectado al primer mundo, aunque ahora se deja notar en el mundo pobre.
  • La solución: reducir actividades especulativas y la Tasa Tobin.
  • El mundo deberá elegir entre empresarios y rentistas  

A mediados de agosto de 2007 nos enterábamos del proceso especulador que representaban las subprimes pero no sé si nos hemos enterado de su significado. El problema de las subprimes no consistía en que se concediera una hipoteca a quien a lo mejor no podía pagarla sino que se colocase en el mercado secundario, es decir, en la paquetización posterior de estas hipotecas-basura. En definitiva, se agrupaban en paquetes esos miles de créditos malos, o en peligro de serlo, y comenzaban a especular con ellos, a venderlos de un extremo a otro del universo bursátil. Se pervertía así –y llevamos más de medio siglo de perversión- el espíritu de las finanzas. Es decir, los mercados financieros surgieron para apoyar al emprendedor, al empresario, que necesitaba dinero para ofrecer un bien o un servicio al bien común. Al empezar a vender o titulizar (convertir en títulos negociables) miles de créditos subprimes, se invertía la lógica de los mercados: los rentistas ya no trabajaban para empresarios y emprendedores, sino al revés: toda la economía real pasaba a trabajar para los insaciables mercados financieros. España es hoy, cinco años tras la crisis, el ejemplo más dramático de esta inversión de los términos: todos los recortes que sufren los españoles, que cada vez trabajan más –los que pueden- y cobran menos, no sirven de nada porque don Mercado Financiero se come todo lo ahorrado, en una semana de prima de riesgo.

De hecho, el mundo, y especialmente los políticos, deberán elegir entre favorecer al emprendedor o favorecer al rentista. Esas son la dos únicas políticas económicas posibles. El Gobierno Rajoy, por ejemplo, no ha iniciado ni una sola política de apoyo al emprendedor. Todo se ha basado en reducir el déficit público para contentar al rentista… que no se contenta jamás, porque su codicia es insaciable, es la propia naturaleza de los mercados financieros.

Pero más allá, hacia el origen de este lustro de crisis, lo principal es combatir esa especulación. ¿Cómo se hace? Pues muy sencillo: prohibiendo aquellas actividades que se puedan prohibir (por ejemplo, las posiciones cortas) y friendo a impuestos –lo digo yo, que soy poco amigo de impuestos como defensor de la propiedad privada, toda actividad financiera, especialmente en el mercado secundario. Sí, eso se llama Tasa Tobin, pero muchas otras tasas Tobin.

Porque lo malo es que ahora los especuladores han entrado en el peligroso chantaje a la deuda soberana, y se aprovechan de la ambición de los políticos. Por ejemplo, de la ambición alemana por convertir a España e Italia en dos protectorados germanos.

Y lo 'otro malo', es que, por tratarse de una crisis de especulación financiera, ha afectado más a los especuladores, al mundo rico, que siempre que el primer mundo sufre acaba pagándolo el tercero.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com