Sr. Director:

Un Estatuto de Autonomía debería ser un marco de convivencia en el que la mayoría de ciudadanos pudiéramos sentirnos a gusto, evitando aquellos temas controvertidos que dividen y enfrentan. Por eso resulta sorprendente que en el preámbulo se introduzca que Cataluña es una nación, cuando según un buen número de encuestas más de la mitad de catalanes nos oponemos a esa definición, al igual que una mayoría abrumadora de españoles.

La voluntad mayoritaria de la ciudadanía no debería ser ninguneada en algo tan importante como el modelo de Estado. Zapatero no puede llenarse la boca todos los días hablando de consenso y acuerdo cuando, a la hora de la verdad, en temas importantes, actúa en contra del acuerdo de la mayoría de los ciudadanos.

Raquel C. Cañellas

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