Uno no tiene el corazón de piedra, no se vayan a creer. ¿Qué quieren? Minutos después de conocerse la noticia de que doña Letizia Ortiz Rocasolano estaba embarazada no pude por menos de conectar la Cadena SER, del ilustre don Jesús Polanco y dejarme llevar por la tempestad de emoción que saludó al republicano grupo PRISA. EL pasado domingo descubrí que en el grupo PRISA late un corazón humano. En la SER estaban felices, radiantes, iluminados. Apenas un año después del enlace matrimonial hemos conseguido un bebé. Bueno, por el momento es un embrión, pero fíjense qué cosa, este embrión no es abortable. Los 80.000 anuales que se abortan en España sí, pero este justamente no. Los demás no son personas hasta que nacen (perdón, 24 horas después de nacer) pero este sí. Es como si el imperio de don Jesús, es decir, el imperio de la muerte, se hubiera convertido por una mañana a la vida. Después de todo, ya he explicado que Polanco y Janli se han vuelto fervorosamente monárquicos por dos razones: la monarquía española forma parte del Sistema de poder, y el Sistema lo dirige en España, mayormente, Polanco. En segundo lugar, porque doña Letizia es de los nuestros, y don Felipe también. Ya lo he repetido muchas veces: para la progresía situar a una divorciada en el Trono de España es como una incontinencia de hedonismo. Vamos, que se les hace le pompis Pepsicola. En cualquier caso, supongo que a esta horas la Cadena SER ya habrá solicitado a la Casa Real apadrinar al niño, y no dudo de que los Príncipes de Asturias (¡Anda, si es mi pueblo!) aceptarán con gozo el ofrecimiento. Este niño no vine con un pan bajo el brazo : viene con todos los editoriales de El País puestos en fila. 

Pero la jornada de las emociones nobles no iba a terminar ahí. Al progresismo de derechas, por ejemplo Silvio Berlusconi -¡Ese hombre!- le ocurría lo mismo. Antes los hijos de reyes eran saludados con 21 cañonazos -15 si eran niña, los muy machistas-, ahora 21 especiales de radio y televisión. Pues bien, María Teresa Campos, otro corazón de fuerte latido, realizó un especial cuajado de periodistas intelectuales, gente profunda, entiéndanme, sin descuidar la nota de color de Jaime Peñafiel, el primer periodista especializado en poner a caldo a la futura Reina de España, especialidad profesional abstrusa, innovadora y que, digámoslo de una vez, don Jaime la borda. Doña Teresa, una mujer de su época, cerró el especial con una serie de consejos a don Felipe sobre la educación del futuro vástago... o vástaga. Le pidió que no sólo le eduque para ser Rey sino para que nos siga trayendo la modernidad que nos ha traído la Monarquía. Es lo que yo digo : uno escucha un discurso de su Majestad o de su Alteza y llega justo a esa conclusión inequívoca: que la modernidad ha llegado a nosotros.

Además toda la cursilería, quiero decir, la sensibilidad, emanada ayer por los medios públicos, la plantación Polanco, la Cincobasura, etc., coincidía en el tiempo, ¡ay de las coincidencias! Con la visita del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero al campo de exterminio de Mauthausen, con su señora tocada con un pañuelo marroquí y rodeada de la bandera española, la republicana y la independentista catalana, telas que no dejó de alabar en sus muy sentidas palabras.

¿Lo ven? Modernidad en estado puro. No, no hay que hablar de contradicción, en primer lugar porque el principio de contradicción ya está muy superado y hasta emana un cierto aroma reaccionario, superado por el pluralismo y la tolerancia.

Y por eso, por ejemplo, no es incompatible (y, la verdad, simpatiquísimo), que el republicano Carod Rovira felicite a la pareja de futuros nuevos papás porque todavía tienen casa y salario, o que otro de mis ídolos políticos, el comunista Gaspar Llamazares, asegure que cuando ese niño sea un adulto no podrá ser Rey porque ya existirá Rey. Los universitarios españoles, gente frívola y zángana, afirman que nadie como doña Letizia y don Felipe han provocado más conversiones irrevocables al republicanismo montaraz.

Pero lo mejor de ese día grande, 8 de mayo, festividad de San Víctor, vino de donde tenía que venir: de La Zarzuela. Así, un portavoz de la agencia Efe informó al pueblo español de que el embarazo se había conseguido por medios naturales. Y este punto, qué quieren que les diga, me ha intrigado. Yo había oído hablar de métodos naturales (incluso he oído hablar mucho más de métodos artificiales) pero justamente para evitar la natalidad, no para provocarla. Es igual, vivimos malos tiempos para la lógica, por lo que no conviene profundizar en exceso : por métodos naturales, expresión que lo dice todo. A lo mejor fue el mismo portavoz, que programó el primer embarazo para después de agosto. No hay que extrañarse, vivimos en el tiempo de la planificación y los businees plan. Sin ir más lejos, el propio Príncipe Felipe aseguró antes de la boda que pensaba tener, no menos de dos y no más de cinco. Y todo por métodos naturales.

Ya lo dijo el poeta: Españolito que vienes al mundo, te guarde Dios o don Silvio o don Jesús, te van a llenar de estupor. Y si no, lo hará el portavoz de La Zarzuela, que lleva una racha... 

Eulogio López