Sr. Director:
Para ti mujer, como símbolo y homenaje el 8 de Marzo, día de la mujer trabajadora, no solo la asalariada, también para todas aquellas a quien el olvido no las ha hecho justicia, a la mujer que desde nuestros ancestros has sido venerada por su generosa fertilidad comparándola con la madre tierra, fue la primera figura antropomorfa esculpida por el ser humano (20.000 a.n.e.), trofeo de todas las batallas, sustento de la familia, educadora de los hijos, incansable en la vida diaria, de sueño ligero, siempre expectante, sin quebranto ni dolor en sus heridas, pero sanador  de los demás.

Eres como un largo río regando las riberas para sustentar a tu prole beso a beso, transformando todo en tu recorrido, paso a paso rememorando al tiempo, ellos crecen olvidándote en muchos casos, nunca reconocida, en tu vejez a veces ignorada y aun así siempre sacrificada

Hoy, en pleno siglo XXI, aún no equiparada en igualdad con el hombre por un mismo trabajo, menospreciada, infravalorada, doblemente explotada, sigues siendo madre como al principio del relato, siempre venturosa, espléndida, cariñosa, con tus hijos, los nietos, llorando en silencio cuando no te llaman largo tiempo, deseas que te pidan un consejo o al menos la repuesta a una pregunta, sabia como siempre, pero nos creemos superiores y te olvidamos, eres tan importante en este mundo que gracias a ti, mujer, sabemos nuestro origen a través del ADN Mitocondrial, y aun así, te ignoramos.

A esa desconocida mujer le dedico este espacio.

José Enrique Centén Martín