La izquierda centra el conflicto en la Comunidad de Madrid, donde los servicios mínimos son similares a los de Asturias, País Vasco y Navarra

Ruíz-Gallardón presume de haber llegado sin problemas a acuerdos con las empresas de su ayuntamiento. Aguirre pide a Valcarce y a Rubalcaba que garanticen la seguridad a quienes ejerzan su derecho al trabajo

Este 29-S las dos grandes centrales sindicales, CCOO y UGT, se juegan su prestigio y hasta su existencia futura. Por eso, no quieren que el ambiente contrario a la huelga que se vive en la calle se materialice en un seguimiento escaso. Así que los sindicatos pondrán toda la carne en el asador añadiendo a los tradicionales piquetes informativos (obsoletos en el actual estadio de los medios de comunicación) han añadido una nueva modalidad: los piquetes convencitivos. Estos últimos (una creación del responsable de Transportes de UGT, Florentino Vázquez) ya no se conformarán con informar, sino que entablarán una amable discusión con los trabajadores con el ánimo de convencerles sobre los beneficios de hacer huelga. Pero, como no hay mejor defensa que un buen ataque, Toxo y Méndez denuncian que hay empresas en las que se coacciona a los trabajadores que quieren ir a la huelga. De momento, no dicen en qué empresas y no han anunciado acciones legales. Además, Toxo y Méndez responsabilizan anticipadamente a las comunidades autónomas de la violencia que haya el 29-S. Y es que la labor convencitiva

Madrid será el termómetro y, de hecho, los desacuerdos entre Esperanza Aguirre y los sindicatos han centrado las noticias de estos últimos días. Lo cierto es que ni en País Vasco ni en Asturias ni en Navarra ha habido acuerdo sobre servicios mínimos y los que han marcado los gobiernos son similares a los de Madrid. Pero el descontento sindical hizo que tras las negociaciones el líder ugetista en Madrid, José Ricardo Martínez, advirtiera que no iban a cumplir lo pactado.

Pese a que la huelga es contra la reforma laboral, las iras sindicales se han centrado en la Comunidad de Madrid y en la Unión Europea (saltando un escalón administrativo) y contra los empresarios, claro. Otro que ha aprovechado la tensión con Aguirre ha sido Alberto Ruíz-Gallardón, que ha sacado pecho anunciando que el ayuntamiento ha llegado sin problemas a un acuerdo de servicios mínimos con todas sus empresas.

Mientras, Aguirre deja en el tejado del PSOE la responsabilidad de garantizar el derecho al trabajo a quienes quieran ejercerlo. La presidenta de la Comunidad de Madrid reclama a la delegada del Gobierno, Amparo Valcarce, y al ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, que ponga los medios para que los piquetes no se sobrepasen en sus labores convencitivas.

Mariano Tomás

mariano@hispanidad.com