Sr. Director:
El sindicato UGT tendrá que rendir cuentas pronto. Si no ante la Audiencia Nacional, que estudia el escándalo de los cursos de formación, al menos ante sus militantes que cada día se desayunan con una irregularidad nueva sobre su financiación.

Además de los graves problemas en Andalucía, conocemos que, en distintos Ayuntamientos madrileños, los liberados justificaron subvenciones con facturas de dudosa autenticidad en las que reflejaban gastos innecesarios y supuestamente abonados a una empresa vinculada a UGT con una comisión del 5%.

Xus D Madrid