• Pero Rusia, a lo suyo: el ministro ruso de Exteriores, Sergei Lavrov, acusa a Kiev de "violación grosera del acuerdo de Ginebra".
  • Y Putin simplifica los trámites para que los rusoparlantes de los países que formaron parte de la Unión Soviética puedan obtener la nacionalidad rusa. 
En Ucrania, la situación política está que arde. El presidente interino ucraniano, Alexander Turchinov, ha acusado al presidente ruso, Vladimir Putin, de querer "destruir la Ucrania independiente".

"Putin le tiene mucho miedo a Ucrania porque Ucrania es un ejemplo para muchos Estados postsoviéticos de que la gente puede decidir qué autoridades le gustan y cuáles no", ha dicho Turchinov. Y ha asegurado que los ucranianos son un mal ejemplo a ojos de Putin porque han sido capaces de cambiar el Gobierno y expulsar a "gobernantes furtivos". "Su tarea [de Putin] consiste no sólo en apoderarse de parte del territorio de Ucrania, sino de desestabilizar totalmente la situación en todo el país", ha añadido.

Y mientras milicianos prorrusos continúan ocupando edificios oficiales en el este del país, el acuerdo firmado la semana pasada en Ginebra parece peligrar, según ha dicho el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov: "Se están dando pasos -sobre todo por aquellos que ocuparon el poder en Kiev-  que no solo no cumplen, sino que son una violación grosera del acuerdo de Ginebra". Para Lavrov, el tiroteo de Slaviansk muestra que las autoridades interinas ucranianas no quieren controlar a los que ha calificado de "extremistas".

Pero los rusos, como siempre, a lo suyo. Putin aprobaba este lunes una reforma legal para simplificar los trámites por los que los rusoparlantes de los países que formaron parte de la Unión Soviética pueden obtener la nacionalidad rusa, informa el Kremlin, según las agencias internacionales.

Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com