El consenso parece haber cundido. El aborto no es progresista. Es un drama para la mujer, y sobre todo, para el hijo. La misma ministra de Sanidad, Elena Salgado, afirma que el aborto debe de ser la última opción. Pues bien, este discurso parece haber calado también en el Ente Público. El pasado domingo, TVE inauguraba un programa de investigación por cámara oculta, Teleobjetivo. De formato ágil y de contenido serio, el primer reportaje fue dedicado al aborto realizado a través de Cytotec, un protector gástrico que provoca el aborto, y genera alteraciones graves que pueden incluso llegar a provocar la muerte.

El medicamento no es dispensable sin receta, pero los reporteros de Teleobjetivo pudieron comprobar en algunas farmacias cómo esa restricción es fácilmente salvable. Y es discurso fue el siguiente: algunos profesionales priorizan el lucro sobre la atención sanitaria. Los que juraron el juramento hipocrático resultan a veces bastante hipócritas. Todo ello con imágenes de billetes de 500 euros. Perfecto.

Añadimos nosotros que lo mismo se puede decir no sólo sobre los farmacéuticos desalmados, sino también sobre esos mal llamados médicos que venden su profesionalidad por un plato de lentejas con langosta en los centros de abortos. Hipócritas, sacacuartos, desalmados y perjuros.