Rechaza que el sistema de misiles de la OTAN apunte a Irán

 

Es la condición para alojar el escudo antimisiles. Mientras, se espera la producción de una película con un 007 turco con una misión en Israel.

Casa con dos puertas mala es de guardar. Así podría definirse Turquía. Eslabón que dice unir a Europa y Asia, puede convertirse en una china en el zapato de Europa, aunque como siempre los intereses cortoplacistas son más importantes.

Turquía sigue intentando entrar en Europa y donde ya se encuentra es en la OTAN. En la primera todavía hay pegas por los derechos humanos, y en el fondo porque no está claro que deba pertenecer a Europa. En la segunda ya tiene peso. Por ello y por su estratégica situación (intereses), la OTAN quiere colocar el escudo antimisiles en su territorio y el potencial enemigo es Irán. Pero Turquía, que juega también la baraja de ser cabeza del mundo islámico, no quiere que los misiles señalen al país persa. Esa es su condición, y seguramente que tendrán que acabar cediendo. ¿Pero habrá que darles el control sobre los misiles, tal y como solicitan, siendo su situación tan voluble?

Y no hay nada más que ver qué es lo que piensan en otros temas, como es Israel. Una nueva secuela del James Bond turco, tendrá como centro de operaciones Israel y la presa, los cabecillas de los militares israelíes que dirigieron el ataque a la Flotilla de la Libertad. Ciertamente la película no calmará los ánimos en las tensas relaciones entre Israel y Turquía, pero son una muestra de las dos barajas con las que está jugando el gobierno turco y que tanto preocupan a Europa.

Habrá que ver si esa deriva que acerca al país otomano a Irán es simplemente un cambio de marcha o una nueva ruta.

Andrés Velázquez

andres@hispanidad.com