Sr. Director:
Estamos en un momento de tremenda confusión sobre este supuesto derecho de libertad para ser o no madres.

Creo que vivimos en un mundo libre y, aunque a algunos políticos les asusta tanta autonomía personal, lo cierto es que cada ser humano es soberano para hacer lo que quiera, con la sola limitación del derecho de los demás.

A una persona no se le puede obligar a hacer un determinado trabajo, ni impedir que lo haga; no se le puede obligar a salir a la calle, ni impedir que lo haga, salvo que sea un peligro para otro.

Por ello, a ninguna mujer se le puede obligar a ser madre y están en lo cierto cuando se manifiestan a gritos por nuestras calles y plazas; tampoco se le puede impedir que lo sea. Razones de independencia personal le amparan para decidir lo que quieran.

Y este derecho que tienen a decidir, debe ser considerado con el mismo rigor que el del niño que llevan en sus entrañas a vivir. Si un ser humano tiene derecho a vivir y a que nadie le prive de él, la mujer legítimamente puede optar por una cosa u otra.

Por tanto, para la mujer es de justicia que pueda decidir, con la limitación del derecho de los demás, es decir, que elija entre ser madre o no, pero sin extralimitarse en la legitimidad de vivir del otro ser en conflicto.

Por tanto, mujer, tienes todo el derecho a ser o no madre, pero no lo tienes a matar a otro ser humano, por mucho que lo odies.

Pablo D. Escolar