En la mañana de este jueves, la ministra de Vivienda, Mª Antonia Trujillo, adelantaba el dato de crecimiento de la vivienda en el último trimestre: 10,6%. De esta manera, el gobierno cumple con su compromiso de transparencia, que básicamente consiste en privilegiar a los medios amigos ofreciéndoles los datos oficiales un día antes que al resto de los mortales. ¿A que está bien?

Por otra parte, el dato ofrecido por la ministra contrasta con el ofrecido por el servicio de estudios del BBVA que calcula en un 12% el crecimiento del ladrillo en el último trimestre. El banco vasco advierte del riesgo de corrección brusca debido al recalentamiento de las viviendas en construcción y el consumo de cemento. Por eso corrige al alza las previsiones de crecimiento del precio de la vivienda, aunque saca la tarjeta amarilla sobre la posibilidad de caída brusca. Una postura mucho más catastrofista que el aterrizaje suave por el que apuesta la ministra Trujillo.

No obstante, el servicio de estudios considera que las familias pueden prever las subidas de tipos y anticiparse a ellas. Teniendo en cuenta que probablemente serán subidas suaves y anunciadas, el director del servicio de estudios, Ignacio Sanmartín, descuenta que se pudieran producir complicaciones. También descarta riesgos para las entidades financieras, ya que señala- las entidades tienen provisiones de entre 2,5 y 3 veces la mora.