Subir los tipos de interés desde el 2 al 2,25%, en una Europa donde Alemania no consigue alcanzar un crecimiento del 1%, y renquean Francia e Italia, y cuando, por contra, reino Unido, que no está en Eurolandia, muestra un envidiable vigor, resulta un poco curioso. Algunos piensan que Jean-Claude Trichet tenía que hacer algo para no aburrirse, tras cinco años con los tipos estancados. Al final, el supuesto peligro inflacionista en la Eurozona ha podido más y el precio oficial del dinero comienza su recorrido al alza.

La verdad es que no se entiende nada. Según las propias previsiones económicas últimas del BCE, la economía europea crecería entre un 1 y un 1,6%. ¡Ojo! Y hablamos de corrección a la baja la realidad en septiembre- realizada por el propio BCE, tras la persistente subida del petróleo en los mercados internacionales. Dicho de otra forma, es como si el BCE estuviera lanzando un mensaje de estanflación: crecimiento mínimo y peligro de inflación a un tiempo.

En definitiva, el francés Jean-Claude Trichet ha cosechado críticas desde diversos frentes, a pesar de que se trataba de una subida casi anunciada. Porque, por otro lado, ¿existe realmente en peligro de inflación en la Unión Europea? Naturalmente, los bancos están contentos. El margen de intermediación subirá, al mismo ritmo que las hipotecas de los europeos.