Sr. Director:
El fenómeno de la trata de personas, por el que ha mostrado una especial sensibilidad el Papa Francisco, está más cerca de lo que nos podemos imaginar.

Incluso en países desarrollados, con mucha población anciana que necesita mucha gente para sus cuidados.

Por tareas como ésta también puede iniciarse una forma de trata de personas. Como nos dijo el Papa, con motivo del Miércoles de Ceniza, no es posible permanecer indiferentes sabiendo que existen seres humanos comprados y vendidos como mercancías. Es una plaga y una vergüenza social ante la que debemos hacer un profundo examen de conciencia.

Jaume Catalán Díaz