Dos chavales de las favelas de Río de Janeiro encuentran una cartera en el basurero donde trabajan a diario. Lo que no se imaginan es que ese descubrimiento pondrá en peligro sus vidas. De hecho intuyen que han encontrado algo importante cuando la policía local aparece y ofrece una generosa recompensa. Para esconderla recurrirán a su amigo Rato y los tres empezarán una aventura para intenta descubrir el secreto que encierra la misteriosa cartera. En la búsqueda de ayuda sólo confiarán  en dos misioneros estadounidenses que trabajan en la favela: un amargado sacerdote y una joven colaboradora  femenina.

La combinación de un excelente director (Stephen Daldry responsable de Billy Elliot) y un magnífico guionista (Richard Curtis, escritor de comedias tan famosas como Notting Hill o Love Actually) se traduce en una película humana y trepidante, que capta la atención del espectador desde su emocionante arranque. Un filme donde explícitamente se muestra la fe de estos "desheredados de la Tierra" que tienen una moralidad a prueba de balas. Precisamente su inequívoco comportamiento choca con el retrato del  sacerdote católico quien, a pesar de su bondad, tiene la firme convicción de que habita en un paraje dejado de la mano de Dios, componiendo un personaje tópico y ya visto en filmes anteriores. 

No obstante, toda la película respira esperanza a pesar de mostrar la cara más amarga de la miseria, quizás porque está inspirada en una novela juvenil de Andy Mulligan, titulada: "Reyes de la basura". Ese tono  positivo, que a algunos nos agrada, puede molestar a otros a quienes no les convenza este relato que resulta ser un emotivo cuento con envoltorio de drama social.

Para: Los que les gusten las películas esperanzadoras