Esta vez sí. Este viernes, presumiblemente, el Consejo de la Juventud de la Comunidad de Madrid aprobará una resolución contra el terrorismo a propuesta de la nueva Junta Directiva existente desde el pasado 12 de noviembre. Según su presidente, Juan Martínez García, la resolución se produce como consecuencia de la cercanía del segundo aniversario de los acontecimientos del 11M. Veíamos oportuno evocar el triste suceso.

Martínez García sostiene que el CJCM siempre ha mantenido una postura clara de condena del terrorismo, apoyo de las víctimas y llamada a la unidad de los demócratas. Sin embargo, la realidad es que varias resoluciones presentadas por las asociaciones miembro no han sido aceptadas. No vamos a estar condenando el terrorismo todos los días, señala. ¿Por qué entonces la nueva junta directiva presenta un texto de condena para la asamblea de este viernes?

El presidente del CJCM señala además que las resoluciones presentadas se utilizaban como medio para enfrentar por matices, con posturas que calificó de partidistas. No creemos que con el tema del terrorismo deba de tratarse con oportunismo. ¿Quién juzga la oportunidad, el oportunismo o el partidismo cuando se trata de condenar la violencia etarra?

Por cierto, que ETA no aparece en la resolución propuesta, ni en la que supuestamente sirve de base sólida y estable del Consejo, el Documento de propuestas para una política de juventud. Sí aparece en dicha posición en cambio, la condena de la violencia de género, que poco tiene que ver con el terrorismo.

La redacción, además, resulta poco afortunada, según reconoce Martínez García. Lean lo que dice la página 104 del documento y si son capaces de traducirlo, tienen premio : El terrorismo no refleja un problema; constituye y es el último problema. Sostener lo contrario es conferir el único problema. ¿A qué no se atreven a participar en el concurso? La cuestión es la permanente equidistancia o el miedo a tomar posiciones firmes por parte de un CJCM que anuncia su voluntad de colaborar con la administración de Esperanza Aguirre para promover la participación. ¿En qué? Da igual, la participación es un valor en sí mismo, señala Martínez García. Entendido. De lo que se trata es de enchufarse al presupuesto. Una práctica que la izquierda tiene sobradamente desarrollada.