La foto del día que el viernes 15 no dio ningún diario español es la de los eurodiputados socialistas en el Parlamento Europeo con un cartel en cada lengua vernácula en el que se podía leer: "Yo también soy maricón". Habrá que evitar darles la espalda...

El gesto obedece a la polémica desatada por el eurodiputado italiano Rocco Buttiglione, que recientemente señaló que la homosexualidad es pecado, aunque apelando a la moral kantiana defendió también la no discriminación política o social de los homosexuales. Da igual, porque los europarlamentarios no pueden soportar que Buttiglione se declare abiertamente católico y amigo del Papa. Y encima hombre de confianza del primer ministro italiano, Silvio Berlusconi. Demasiado. Así que optaron por resucitar el trabuco y fusilarle al amanecer. Políticamente, se entiende.

Para colmo, un diputado italiano ha señalado que el problema es que la Unión Europea "está gobernada por maricones". Y ya entonces se armó la de San Quintín. Los "progres" de salón se revuelven en sus asientos y optan por el cartelito de marras, que, honestamente, no tiene muy buen gusto. Quizás, por eso, la prensa ha optado por omitirlo. ¿Cómo regresarán sus señorías a sus casas? ¿Qué les dirán sus mujeres o maridos? ¿Qué comentarios se sucederán en el vecindario? Mejor no sacar la imagen.

Lo curioso del caso es que Rocco se ha convertido en un fenómeno social en Italia. Todo un símbolo de la batalla contra lo políticamente correcto. Una escena que demuestra que la sociedad italiana está bastante más viva que la española. Buttiglione cuenta con el apoyo manifiesto de Berlusconi y del Partido Popular Europeo (PPE), así como del presidente de la Comisión, Durao Barroso.

Pero el grupo parlamentario socialista está desatado, empezando por el propio Josep Borrell que, en opinión de los populares, se ha excedido de su papel institucional y le tachan de "irresponsable". El PPE no está dispuesto a que Barroso cambie a Buttiglione. Prescindir del europarlamentario italiano sería equivalente a renunciar a la libertad de expresión y de credo, columnas vertebrales de la Unión.

Pero las presiones están siendo muy fuertes. El próximo 21 de octubre el presidente de la Comisión presentará su equipo a la Conferencia de Presidentes (el equivalente a nuestra Junta de Portavoces) y será entonces cuando se resuelva el asunto de Buttiglione como el de Almunia y otros consejeros discutidos.

Hasta entonces, se producirán las negociaciones. El PPE es la mayoría minoritaria en el Parlamento Europeo. Con alianzas más o menos fáciles de conseguir podría lograr sacar adelante la actual Comisión. Pero también reconocen que una Comisión que no goce del apoyo mayoritario es una Comisión débil e inestable. De momento, se han puesto en marcha algunas iniciativas electrónicas de apoyo a Buttiglione. Lo ha hecho euro-fam.org desde Bruselas y HazteOir.org desde Madrid. Permanezcan atentos a la pantalla.