Insisto en que el juez Ferrín es un héroe, y también mártir, me temo. Ferrín ha sido fiel a su conciencia y al sentido común, que dice lo siguiente: un niño se cría mejor con un padre y una madre que con dos padres o dos madres.

El problema es que ni el lobby arco iris o rosa (homosexuales) y el lobby rosa o morado (feminista) siguen siempre el mismo camino: despenalización, promoción e imposición. Primero victimismo, luego se monopoliza el poder coercitivo del Estado y, finalmente, se utiliza la violencia del Estado para imponer el aborto obligatorio. En el aborto ya estamos en esa fase, donde, por una parte, se amplía el asesinato a cualquier momento del embarazo -con seis meses, como pretende la ministra Bibí-se-ha-ido-, ya puede practicarse el embarazo por ahorcamiento o degüello: se le saca al niño ya crecido la cabeza se le corta el cuello y luego el resto se trocea. Al tiempo, llega la imposición: todo el mundo tiene que abortar, por lo que se prohíbe la objeción de conciencia de los medios. Insisto: despenalización, promoción, imposición a través del control del Estado, que ofrece normativa, jueces y policías, más un sistema mediático -en buena parte estatal- que ofrece creación de atmósferas políticamente correctas. Antes denominadas propaganda o comecocos colectivos.

Los de la brown revolution siguen el mismo camino: despenalizar (socialmente, que de otra forma no lo ha estado- la toma por el ano, luego legalización del homomonio -legalización y promoción- y finalmente, imposición: condenar a cualquiera que se oponga a la homosexualidad y sus barbaridades, tales como la adopción: juez Ferrín. Ferrín, digo, no sólo es un héroe, es un mártir y un aviso para navegantes: el lobby gay pretende aterrorizar a todo disidente.

A partir de ahí llega la normalización que, como su mismo nombre no indica, consiste en hacer normal lo anormal -lo que se sale de la norma-. Y ahí llega lo de darse por el ano en público, aunque, naturalmente, sin ánimo pornográfico. Además, parece que no va a haber clases prácticas. Lo paga el Gobierno del PP de Murcia, el mismo al que el juez Ferrín, en su sinceridad e inocencia, reclamó la tutela de una niña pequeña a la que pretenden criar dos lesbianas -pobrecilla-. Y es que el PP, no lo olviden, es centro-reformista.

Por ahora podemos dormir tranquilos: ni el PSOE ni el PP, ni ZP ni Mariano, nos obligan a dejarnos sodomizar, y ni tan siquiera van a llevarnos ante los tribunales si nos negamos a ello. Por ahora no. En la próxima legislatura no puedo prometer nada. A lo mejor para entonces, somos aún más progresistas.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com