Planeta espera que la fruta caiga madura 

O eso, o compartir el coste de los derechos de retrasmisión. Mediapro necesita liquidez para pagar a los clubes de fútbol: les debe 470 millones de euros para la próxima temporada. Encima, los clubes pequeños exigen una renovación al alza. La familia Azcárraga asegura que hay que compartir acciones con Lara o derechos con Sogecable. En paralelo, la línea ideológica de La Sexta se radicaliza aún más.
Mediapro, el núcleo mediático privado de José Luis Rodríguez Zapatero, dirigido por Jaume Roures y Tatxo Benet, tiene que pagar a los clubes de fútbol el 50% de los 470 millones de euros en los que se cifra el coste de las derechos de retransmisión. Es verdad que, al mismo tiempo, tiene pendientes cobros  de las televisiones -ellos son meros intermediarios- pero es que, además, está pendiente la sentencia que les ganó Sogecable precisamente sobre los redichos derechos, y que, con intereses, y a la espera de recursos, supera los 100 millones de euros.

Por si fuera poco, los clubes pequeños están cabreados: quieren más dinero. Los derechos de retrasmisión del fútbol cotizan según tres categorías: Madrid y Barça, que se llevan más de la mitad de las cifras prefijadas. Luego están los equipos medios, tipo Valencia, Sevilla o Bilbao, para terminar con los pequeños. Pues bien, los pequeños son los que quieren renegociar condiciones. La retrasmisión de un Getafe-Barcelona puede ponerse difícil si el equipo de casa quiere cobrar más.

Más problemas: la posible llegada de Sandro Rosell a la Presidencia del Barça complica la cuestión. Rosell es el enemigo jurado de Roures, Johan Cruyff y compañía en el suculento negocio de la representación de futbolistas. Y encima, Rosell, el candidato de CiU, es amigo y socio de Florentino Pérez presidente del Real Madrid. Si los dos grandes clubes se rebelan contra Mediapro, Mediapro-La Sexta lo pasará muy mal.

¿Gol TV? Un desastre. Otros canales de comunicación como la cablera ONO o la IP TV de Imagenio se lo están poniendo complicado.  

Pero lo peor no es eso. Lo peor es que los mexicanos de Televisa, con cuyo dinero se creó La Sexta, están un poco hartos, especialmente con su compañero de Consejo, la productora Mediapro, que se ha metido alegremente en cuantiosas exigencias de pago que ahora hay que solventar. Como se sabe, en el grupo La Sexta-Público, el más querido por Zapatero, verdadero instrumento de propaganda de La Moncloa, cada vez más radicalizado hacia la izquierda y el anticlericalismo, se ha forjado casi en exclusiva en torno a los derechos de retrasmisión deportiva. Lo que ocurre es que su mentor, Jaume Roures, ha estirado más el brazo que la manga y los mexicanos están cansados de una inversión que no les reporta ni influencias, ni dinero ni sinergias. Conclusión: presionan a José Miguel Contreras (La Sexta, PSOE madrileño, zapaterismo en estado puro) y a Jaume Roures (izquierda independentista catalana, además de comecuras) a repartir costes. O bien un acuerdo con Sogecable para compartir los derechos o, lo que sería mas lógico, según las fuentes de Televisa consultadas por Hispanidad, retomar la fallida fusión de La Sexta y Planeta. José Manuel Lara espera que el asunto caiga por su propio peso, si nos atenemos a las dificultares actuales del Grupo. Recordemos que en Planeta consideran que Antena 3 TV vale el 80% y La Sexta el resto en una previsible operación de fusión. La paciencia de Televisa se agota.

En el entretanto, La Sexta y Público se radicalizan día a día. Su obsesión anticlerical empieza a sorprender hasta a los propios anticlericales.

Miriam Prat

miriam@hispanidad.com