Todo empezó cuando tres años tras Telefónica vendió Canal Azul, hoy Canal 9, al editor argentino Daniel Hadad. Un verdadero regalo. Hadad, propietario de Radio 10, la emisora más escuchada de la Argentina, compraba el canal de TV por 3 millones de dólares y pagaba otros 9 millones en intercambio publicitario, no a cambio de acciones, sino de la deuda que el propio canal mantenía con Telefónica contenidos. Un verdadero chollo.

Hadad, un personaje ideológicamente muy versátil, pasó de apoyar a Carlos Menem en las pasadas elecciones a convertirse en el mejor amigo de Néstor Kirchner. Una pequeña prueba ha convertido su emporio de prensa en el mayor vocero abortista, en seguimiento de las campañas proaborto de la Casa Rosada.

Sin embargo, la gestión de Canal 9 no ha sido buena. Tanto es así que ahora se encuentra al borde de la suspensión de pagos con el correspondiente concurso de acreedores. Por esa razón, Hadad ha llegado a Madrid para negociar con la cúpula de Telefónica. Pretende, nada menos, que la operadora se haga cargo de la deuda que acumula Canal 9 actualmente, y que alcanza los 42 millones de dólares.

En Telefónica no sólo le han dicho que no, sino que han montado en cólera: Hadad ni tan siquiera ha cumplido sus compromisos publicitarios con la compañía. Al parecer, la amistad con Kirchner no es un argumento concluyente, y Telefónica no le teme a ninguna campaña de de prestigio. Curiosamente, mientras Hadad se encuentra al borde de la imputación por deudas, afirma que su imperio seguirá creciendo.