• El fármaco, fabricado por el laboratorio alemán Grünenthal, provocó abortos y graves malformaciones en los fetos.
  • Las víctimas españolas de la talidomida piden el mismo trato que a las alemanas: una pensión vitalicia.
  • La Asociación de Víctimas de la Talidomida (AVITE) argumenta que el fármaco fue retirado del mercado en 1961 en Alemania pero  en España "siguió administrándose varios años más", hasta 1965, a pesar de su prohibición mundial.  
Este lunes ha comenzado en Madrid el juicio por el caso de la talidomida, un fármaco para tratar las náuseas de las embarazadas que fue vendido en España desde el año 1957 hasta 1965 y que provocó miles de abortos y graves malformaciones en los fetos. La empresa que la fabricó fue la farmacéutica alemana Grünenthal. A ella le piden los 180 afectados españoles una indemnización de 204 millones de euros.

La Asociación de Víctimas de la Talidomida (AVITE) argumenta que el fármaco fue retirado del mercado en 1961 en Alemania, donde se originó el problema, pero, según consta en la demanda de AVITE,  en España "siguió administrándose varios años más" a pesar de su prohibición mundial. Concretamente,  en España se distribuyó desde el año 1957 hasta 1965.

En Alemania, las víctimas han conseguido acuerdos indemnizatorios con la farmacéutica, unos pagos que han sido canalizados a través de una fundación -"Contergán"-, pero en España no se han alcanzado a pesar de que ambas partes han mantenido tres reuniones y un acto de conciliación en los juzgados de Madrid. La farmacéutica ofreció 120.000 euros anuales para todos los afectados, pero éstos lo rechazaron. Las víctimas españolas piden, según señala su letrado, Ignacio Martínez, "que se les ponga a la altura de los alemanes, que desde el año 71 están cobrando una pensión vitalicia".

Hubo muchas víctimas por los abortos que se produjeron, es decir, niños muertos. Pero es que, en la demanda, las víctimas que lograron sobrevivir mantienen que "la verdadera naturaleza perversa de la talidomida se está mostrando conforme avanzan los años". Los daños, que fueron originados en el feto durante la gestación, "generan problemas nuevos -o de nuevo diagnóstico etilógico- que se van manifestando con el tiempo", según señalan. La talidomida causó graves malformaciones en los fetos, principalmente focomelias, ausencia de extremidades y otras agenesias.

Como ha recogido Europa Press, en el juicio, el representante legal de la farmacéutica Grünenthal ha declarado hoy lunes que este fármaco "no estaba indicado para las embarazadas" pero ha reconocido que entonces, en el prospecto, no se las excluía porque en aquella época "no había concienciación" para este tipo de indicaciones.

La pregunta es qué más horribles efectos secundarios eran necesarios para estar concienciados sobre ello...

Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com