Sr. Director:
No se equivoquen. No me refiero a ese programa de la tv en el que sobrevivían todos.

Los supervivientes a los que aludo forman parte de otro "programa": el que está llevando a cabo en nuestro país la cultura de la muerte, y en este, sí que hay muertos, y además, sin opción de defenderse.

En el año 2012 en España se abortó voluntariamente la vida de un niño por cada cuatro que nacieron y a los 453.637 niños que llegaron a nacer quiero aludir ahora porque esos sí que son auténticos supervivientes.

También a sus madres que muchas, en difíciles circunstancias y cuando todo las "invitaba" a "deshacerse del problema", hicieron caso omiso: a las de "este bombo es mío"; a las políticas que, usurpando voces ajenas, quieren reforzar la suya arrogándose el derecho de hablar en nombre de las mujeres; a los políticos que se presentan con un programa que ni siquiera comparten; a unos que dicen llamarse médicos y se permiten aconsejar sobre lo que las madres tienen que hacer con la vida de sus hijos; al padre del niño que llevan en su seno y que las abandona cuando más lo necesitan y de tanta "gente buena", conformista, que prefiere mirar para otro lado.

A estos 453.637 que nacieron y a sus padres les doy mi más calurosa enhorabuena. Seguro que ninguno de ellos se han arrepentido de esa decisión. Lo siento enormemente por los 112.390 a los que no dejaron nacer y por sus madres. Siento que no encontraran a nadie que las avisara de que iban a solucionar un "problema" momentáneamente, para arrastrar otra pesada carga durante toda su vida. Triste. (En el tiempo de escribir esta carta, han nacido 51 niños y no han dejado nacer a 13).

Victoria Blasco López