Sr. Director:

Me ha sorprendido gratamente la declaración que hizo Puyol, después de la final de la Supercopa europea entre el Barça y el Sevilla: Esta derrota que hemos sufrido, decía con seguridad el defensa internacional de la selección española y capitán del Barça, es muy buena para la humildad. Una afirmación, a mi parecer, sabia y muy oportuna, ahora que comienza la competición de la Liga. En el Quijote, que rezuma sabiduría, hay un diálogo maravilloso entre Sancho y D. Quijote. Finalmente, éste le sentencia al escudero : la humildad, Sancho, es la base y fundamento de todas las virtudes y sin ella no hay ninguna que lo sea.

En efecto, para progresar en cualquier deporte, o actividad humana noble, se requiere saber rectificar, escuchar, aceptar el ser sustituido por el entrenador, jugar para el equipo, reconocer que sin la ayuda de los demás haría muy poco, pedir perdón y saber aceptarlo... Estas no son más que algunas manifestaciones de la virtud de la humildad. Virtud fundamental que se opone a la soberbia, al orgullo, a la vanidad, a la prepotencia.... Como tendemos a sobrevalorarnos, me agradó oír que el mejor negocio del mundo sería comprar a los hombres por lo que realmente valen y después venderlos por lo que creen valer. En definitiva, que una buena cura de humildad podría ayudar, por un lado, a los futbolistas a no considerarse galácticos, y por otro, a los equipos, a no creerse máquinas perfectas.

Rafael Campoamor

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