Sr. Director:
Con ocasión de la XX Jornada Mundial del Enfermo, que celebraremos el próximo día 11, festividad de la Virgen de Lourdes, con el lema "¡Levántate y vete; tu fe te ha salvado!", el Santo Padre Benedicto XVI envía su cercanía espiritual a todos los enfermos que están hospitalizados o son atendidos por las familias, expresándoles a cada uno el afecto de toda la Iglesia.

 

El Papa en su mensaje dice que: "En la acogida generosa y afectuosa de cada vida humana, sobre todo la débil y enferma, el cristiano expresa un aspecto importante de su testimonio evangélico siguiendo el ejemplo de Cristo, que se ha inclinado ante los sufrimientos materiales y espirituales del hombre para curarlos". El encuentro de Jesús con los diez leprosos, descrito en el Evangelio de san Lucas 17,11-19, y en particular las palabras que el Señor dirige a uno de ellos: "¡Levántate, vete; tu fe te ha salvado!", ayudan a tomar conciencia de la importancia de la fe para quienes, agobiados por el sufrimiento y la enfermedad, se acercan al Señor. En el encuentro con él, pueden experimentar realmente que ¡quien cree no está nunca solo! En efecto, Dios por medio de su Hijo, no nos abandona en nuestras angustias y sufrimientos, está junto a nosotros, nos ayuda a llevarlas y desea curar nuestro corazón en lo más profundo (Mc 2,1-12)".

La enfermedad no es un obstáculo para practicar la fe, sino un estímulo para sentirnos queridos por Dios. Gran parte de su ministerio aquí en la tierra lo dedicó a curar a los enfermos y consolar a los afligidos. Jesús, era sensible a todo sufrimiento humano, tanto del cuerpo como del alma.

Creo que por experiencia lo sabemos muchos. ¿Quién no ha estado enfermo o tiene un enfermo en su familia? Nos ayuda a confiar más en Dios, que nunca tienta por encima de nuestras fuerzas.

¡Qué diferente es la enfermedad acogida con fe y humildad, aceptando de corazón la voluntad de Dios, de la que por el contrario, se recibe con fe corta, malhumorados, resentidos o tristes!

Elena Baeza