• La puesta en libertad de la joven sudanesa "significa que el tribunal reconoce que ella no se convirtió al cristianismo, sino que siempre fue cristiana y que su matrimonio es legal".
  • El tribunal consideró que el fallo en primera instancia se basó en "pruebas débiles y contradictorias".
  • La joven fue condenada a la horca y a cien latigazos por supuesto adulterio.
En Hispanidad ayer publicamos que la Archidiócesis de Jartum (Sudán del Norte) había denunciado que Meriam Ibrahim -la madre católica condenada a muerte en Sudán del Norte acusada de apostasía por ser cristiana-  solo tenía una opción para salir de prisión, que era la de renunciar a su fe católica y divorciarse de su esposo Daniel Wani, un cristiano de Sudán del Sur, según informó Aciprensa.

Pues bien: felizmente, han cambiado las tornas. El Tribunal de Apelación de Jartum ha anulado la condena a muerte y la joven sudanesa de 27 años ya ha salido de prisión, según informó a Efe un abogado del caso, Mohamed Ibrahim. "Meriam está libre y ahora está volviendo a casa" confirmó a la BBC Elshareef Ali, otro abogado de la joven. "Estamos muy felices", añadió.

El letrado Ibrahim destacó que la puesta en libertad de la joven sudanesa Mariam Ibrahim Ishaq "significa que el tribunal reconoce que ella no se convirtió al cristianismo, sino que siempre fue cristiana y que su matrimonio es legal".

El tribunal consideró que el fallo en primera instancia se basó en "pruebas débiles y contradictorias" y que hubo un error de procedimiento al anular el matrimonio entre Ishaq y su esposo cristiano.

De padre musulmán y madre cristiana, Ishaq fue condenada a la horca por su supuesta conversión al Cristianismo, algo que rechazó la joven al asegurar que nunca ha profesado el Islam porque fue educada por su madre. El juez -en todo un alarde de comprensión (nótese la ironía)- le concedió dos años para que pudiera amamantar al bebé del que en ese momento estaba embarazada y que nació el 27 de ese mes.

En el código penal de Sudán está contemplado en el artículo 146 un máximo de cien latigazos por adulterio. Así como el artículo 126 prevé la pena de muerte si la persona no renuncia a la fe cristiana. Por eso, el juez de primera instancia condenó a Ishaq también a cien latigazos por adulterio, al declarar nulo su matrimonio en 2011 con Daniel Wani, ya que la 'sharia' (ley islámica) no permite que una mujer musulmana se case con un cristiano.

Todo parece indicar que la presión internacional, ante una injusticia y un atentado contra los derechos humanos de semejante naturaleza, ha hecho cambiar de opinión a la justicia sudanesa.

Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com