El ticket con más posibilidades es Ana Patricia Botín presidenta y Antonio Horta, consejero delgado. Y es que en Casa Botín lo importante no es la sucesión en la Presidencia, sino en la Consejería delegada. Marín tiene la confianza de Botín y de Sáenz, pero no la de la presidenta de Banesto. Todavía pesan los fracasos en Banif, entidad que prosigue en estado de venta permanente

El ingreso estival -afortunadamente sin consecuencias- de Emilio Botín en el hospital cántabro de Valdecilla, así como la decisión judicial definitiva sobre el caso Olavarría Delclaux, impiden orillar el debate sobre la sucesión en el Grupo Santander. No es una sucesión en la Presidencia, que está bien clara: Ana Patricia Botín sucedería a su padre, Emilio Botín, sino en la Consejería Delegada, es decir, la sustitución de Alfredo Sáenz.

Para sustituir a Sáenz hay dos candidatos: Antonio Horta, el hombre de Abbey y de Brasil (es portugués) y Javier Marín, al que en la entidad llaman el superviviente, dado que, como responsable de Banif primero y de banca privada después, es responsable de todos los fregados últimos del Santander, al igual que el propio presidente de Banif, Alfredo Sáenz.

A sus 45 años, Marín, que empezó su carrera como secretario de Botín es responsable del Caso Madoff, de Lehman, los bancos islandeses y del austriaco Atrium, donde llegó a colocar 200 millones de euros. Además de ellos, a Marín se le asignan los 55 millones de euros de pérdidas del hotel Los Monteros, con el que se quedó Banif después del impago por parte del ruso Ernest Malishev, y que fue malvendido por 25 millones de euros, un caso que el Santander ha silenciado con rapidez (no los hechos, sino su balance).

Hubo un momento en que ni la defensa de Botín y Sáenz parecieron salvar a Marín, el mismo momento en el que toda la división de banca privada del Santander estuvo a punto de venderse a Crédit Suisse.

Marín ha contado, siempre con los apoyos subsiguientes a Botín, como las del poderoso secretario del Consejo, Ignacio Benjumea, enlace con la CNMV, y la del incombustible Rodrigo Echenique, albacea del clan Botín en la entidad.

Marín ha tenido enfrentamientos sonados con Horta, a quien su andadura en Brasil y cuestiona su saneamiento del Abbey (un éxito, sí, pero con 4.000 empleados despedidos nada más entrar).

Es cierto que Marín ha perdido la batalla de Iberoamérica frente a Horta, que ahora ya tiene a su gente (es decir, a los de Ana Patricia) tanto en Brasil como en México.

En cualquier caso, cuando Marín trata de defenderse de quien le asedian el grupo de Ana Patricia- recuerda que la hoy presidenta de Banesto casi lleva a la ruina al Santander de Negocios.

Al final, todos los desastres de Banif se han salvado sin ceses ejemplares. El número dos de Marín en Banif, José Manuel Maceda quiere retirarse y sus posibles reemplazos son Luis Moreno y Javier Ferreira. Por lo que sea, ninguno de los dos quiere meterse en esos berenjenales. ¿Esta en venta Banif? El Santander lo niega. No obstante, Marín insiste en que su mano derecha, José Salgado, se ocupe de la firma. En la organización no convence. Pero Salgado caza con Echenique y Marín, y eso es importante.

Al final, Horta tiene muchas más papeletas que Marín para convertirse en consejero delegado del Santander, pero deberá salvar dos imponderables: el momento de la retirada de Botín y el de Sáenz.

Miriam Prat

miriam@hispanidad.com