De entrada desmiento la maliciosa especie de que la patronal española CEOE haya propuesto gasear a los obreros: es rotundamente falso, lo sé de buena fuente.

Por el momento, los grandes patronos se conforman con sugerir la congelación salarial para 2012. No más. ¿Qué es eso de que los sueldos suban hasta un 2,5% en plena crisis? Eso no puede ser.

Los sindicatos dicen que los pactos -por ejemplo, el de moderación salarial firmado con los patronos- hay que cumplirlos, pero no dejan de ser los mismos síndicos que han hincado la rodilla -la rodilla y el cerebro, que es mucho más preocupante- al tópico de moda durante los últimos 25 años: si la economía va bien, moderación salarial, si la economía va mal, reduce los salarios. O sea, cara yo gano, cruz, tú pierdes.

En paralelo, el Gobierno de la Generalitat, dominado por la derecha progre de CIU, propone reducir los salarios de los médicos y el número de intervenciones. Hombre, mejor hubiera sido que, al menos, mantuviera los salarios y les obligara a trabajar más, a hacer más operaciones, a reducir los tiempos de espera, etc..

Que no, que para salir de la crisis, al menos en España, no hay que congelar salarios sino justamente lo contrario: subirlo de forma clara para fomentar el consumo y compensar a los empresarios esa subida con la reducción de impuestos laborales. Porque lo prioritario ahora no es el ajuste sino la recesión. Y en España, país caracterizado por sus bajos salarios, con más razón.

¿Que el Gobierno no es quien marca los salarios? Mentira, sí que los marca. Lo hace a través del salario mínimo interprofesional, que en España está cifrado en la injuria social de 641 euros brutos mensuales. Si subes ese SMI hasta los 1.000 euros mensuales, estás forzando al resto de la escala salarial a parecerse más a los países de nuestro entorno.

Con los salarios de subsistencia reinantes, en España no puede haber reactivación económica. Pero los empresarios, en lugar de ir contra el Gobierno que les fríe a impuestos, van contra los trabajadores, y los sindicatos, en lugar de pedir salarios exigen el mantenimiento de los subsidios. Un círculo vicioso en toda regla.

Y para compensar: reducción, o anulación, de las cuotas sociales, y su sustitución por un incremento de IVA que es ahora, en plena crisis, cuando procede. En cualquier caso, a la menor oportunidad la fiscalidad adecuada para salir de la crisis no consiste en subir impuestos sino en bajarlos.

Y hablando de impuestos. El nuevo tópico capitalista -o neoliberal, si lo prefieren- que corre por Europa es el de la unanimidad fiscal entre los 27 países miembros de la Unión Europea. Hoy mismo he leído a una 'experta' ("el fofo mudo de los conocedores", que diría el gran Chesterton) propugnar la superación de las soberanías fiscales nacionales para salir de la crisis.

Es verdad que antes que un mercado único, antes que una moneda única y un Tesoro único, Europa debe contar con un sistema fiscal uniforme. Fiscalidad unificada a la que por cierto, no se han opuesto los países pobres, sino los más ricos de la Unión, como Holanda y Luxemburgo, que se niegan a perder su soberanía tributaria por la sencilla razón de que son, a muchos efectos, cuasi paraísos fiscales.

Ahora bien, ¿qué me dicen de la unificación salarial y de rentas? Sin ellas sí que nunca habrá otra Europa que la de los mercaderes, la de los ricos y la de los pobres, la Europa financista... la que nos ha llevado hasta donde estamos. Comparen el SMI español (641 euros) con el francés (1.350) y obtendrán la respuesta.

Subir salarios, bajar impuestos: ésa es la receta. Si no, habrá más paro y seguiremos con el PIB estancado.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com