Steve Genco, co-autor del libro 'Neuromarketing for Dummies' y socio director de 'Intuitive Consumer Insights', ha impartido varias ponencias en el marco de Neuromarketing World Forum de Nueva York, donde ha llevado a cabo una disección del cerebro del consumidor intuitivo.
"En realidad, la gente no sabe por qué hace las cosas. Nuestras actitudes y preferencias son menos estables de lo que creemos", explica Genco. "Los procesos de decisión son conscientes, pero también inconscientes. Ello explica que muchas veces no podamos explicar nuestras propias decisiones", dice. Por eso, "la publicidad echa mano de la asociación repetitiva de sentimientos y emociones positivas", recalca el investigador.
El poderoso influjo del inconsciente se deja notar en nuestra manera de responder a preguntas especialmente complicadas. "Cuando nos hacen una pregunta difícil, tendemos a reemplazarla por otra más fácil y finalmente es a ésta a la que acabamos respondiendo", dice Genco.
Si quieren conectar con el consumidor, las marcas deben tener muy en cuenta la fluidez de sus procesos cerebrales. ¿Y cuándo hay fluidez en los procesos cerebrales del consumidor "Cuando un objeto es interpretado y comprendido por el cerebro humano con facilidad", dice Genco."La atención supone al consumidor mucho esfuerzo cognitivo. Por eso, el consumidor tiende a hacer un uso limitado de sus capacidades cognitivas y es tan importante que las marcas enarbolen la bandera de la simplicidad", dice Genco. Lo que está claro es que "la emoción es la reina de la publicidad efectiva", agrega.
A la hora de impactar en el consumidor, "la emoción y la memoria caminan de la mano, pero lo cierto es que las personas tienden a creer los recuerdos que ellas mismas se inventan", destaca el investigador. En realidad, "las personas recuerdan aquello que construyeron en su mente, no lo que vieron y escucharon", añade

Clemente Ferrer
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