Emocionante thriller de ciencia ficción que plantea los peligros del cientificismo y la necesidad de comunicación del ser humano.

No es usual que comercialidad y calidad vayan de la mano, eso sí ocurre con este largometraje. Para los aficionados a la ciencia ficción "Soy Leyenda", la novela de Richard Matheson publicada en el año 1954, es todo un clásico. En ella se narra la historia de un hombre, único superviviente a una pandemia mundial, que tiene vérselas no sólo con su soledad sino con el enfrentamiento constante a un sinfín de afectados, unos auténticos monstruos (son vampiros que salen por la noche) cuyo único objetivo es matar.

La película aborda la crítica del cientificismo desde el momento en el que el peligroso virus, que se transmite por el aire, en un primer momento fue acogido como un gran descubrimiento: un retrovirus que creían curaba el cáncer. Por ello, no es extraño que el protagonista de esta historia, un virólogo llamado Robert Neville, en sus momentos más bajos llegue a afirmar que no hay que echar la culpa a Dios del desastre mundial sino a la mismísima soberbia del hombre.

Muy trepidante en su desarrollo, con logrados golpes de efecto (la película se mueve entre el terror y la ciencia-ficción) Soy Leyenda cuenta con un excepcional diseño de producción que muestra una ciudad de Nueva York totalmente abandonada y que supuso el rodaje en sitios auténticos como Grand Central Terminal o Parque de Washington Square, que fueron "vaciados" para la filmación. Igualmente, Soy Leyenda cuenta con imágenes impresionantes como aquella en la que Neville aparece jugando al golf en un solitario portaaviones. Y es que, como mencionaba antes, el factor psicológico de un individuo condenado a ser el último hombre (que no la última bestia) de la tierra tiene su intriga…

Will Smith cumple perfectamente con su complicado papel (se pasa prácticamente todo el metraje solo) al igual que los escasos actores que aparecen en pantalla por breve espacio de tiempo. A este respecto, merece reseñar como anécdota la aparición, en un pequeño papel, de Willow Smith, la hija de Will, que interpreta también en la ficción a su hija Marley. Asimismo, hay que alabar la estupenda labor realizada en el adiestramiento del pastor alemán Abbey que representa a Sam, la mascota y único amigo del doctor Neville.

Así que si les gustan las películas de ciencia ficción o, simplemente, aquellas que analizan la mente humana y sus resortes merece la pena que pasen un rato entretenido con Soy Leyenda.

Para: Los que les gusten las películas de calidad del género de ciencia ficción