Sorprendente respuesta la de Francisco Javier Hernando, presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, a una pregunta de Hispanidad sobre la objeción de conciencia para jueces y magistrados, algunos de los cuales se han negado a casar homosexuales, alegando razones de conciencia. Según Hernando: El juez jura o promete aplicar la ley y por tanto no tiene objeción de conciencia. Luego añadió: Otra cosa son los funcionarios.

Hernando no aclaró que si los jueces no tienen derecho a la objeción de conciencia, tampoco tienen libertad de conciencia, que es algo parecido a decir que no tienen conciencia o que, al menos, la dejan colgada en el perchero al entrar en su despacho o en la sala de audiencias. Un argumento que, sin duda, hubiera hecho las delicias de los jueces nazis condenados en Nüremberg. A fin de cuentas, ellos también habían jurado aplicar la ley, por ejemplo, las leyes eugenésicas y racistas del Tercer Reich.