Sr. Director:

Javi curará a Andrés, Nace el primer bebé medicamento para curar a su hermano, Nace en España el primer bebé libre de enfermedad hereditaria compatible con su hermano.

Estos son tres titulares de ayer, 14 de octubre de 2008, de tres conocidos diarios, respecto a la referida noticia. Nadie se ha parado a pensar (y en los informativos televisivos de mediodía tampoco) en cómo se ha llegado a este final feliz.

Nadie se pregunta cuántos seres humanos han sido asesinados previamente para poder alcanzar esta solución médica. Y digo seres humanos asesinados porque muchos creemos firmemente -y la ciencia cada día más- que lo que se denomina embriones humanos son seres humanos; muy pequeñitos, muy dependientes, pero seres humanos.

Y la ciencia hoy necesita construir (por favorque nadie use la palabra crear, no seamos obscenos, que estos científicos no crean nada) varios seres humanos para seleccionar y manipular el mejor, para dejarle vivir y a los otros, matarlos o congelarlos (que hoy por hoy es como dejarles morir).

Los nazis, sí los nazis, hacían cosas muy parecidas. Javi -así se llama al parecer- sólo existe porque era necesario. Su vida estará siempre cosificada. Algún día algún compañero de colegio, en plena pelea le dirá: túcállate, que sólo viniste a este mundo para curar a tu hermano; eres un hijo no querido, no deseadoy aun cuando es cruel, será la verdad.

Y podrá preguntarle a sus padres por qué vino al mundo, y podrán decirle la verdad o no (ahora en Cataluña será obligatorio decírselo a los adoptados, que lo son), o igual será obligatorio decírselo, y podrán decirle o no, que él fue escogido entre varios, y los otros se quedaron atrás, nunca llegaron a ser sus hermanos, y que él nació porque era mejor, genéticamente mejor esto vuelve a sonar a ¿nazi?

Tampoco sé si a Andrés -el beneficiado- le dirán estas cosas, o cómo se lo contarán (vives gracias a que otros murieron por ti). Tú eras genéticamente defectuoso, tarado, elegimos a uno perfecto entre otros y te curamos; ahora es tu hermano, el genéticamente bueno y tu el arreglao.

Lo siento por Andrés y por Javi. Ellos no tienen culpa de nada. Son, se quiera ver o no, víctimas de nuestro sistema.

Muchos desde hace unos años estamos empeñados en que nuestra sociedad no siga por esta deriva; que esta cultura de muerte acabe cuando antes y denunciamos públicamente estas prácticas, por mucha ley que lo ampare, pues no por ello sigue siendo absolutamente inmoral.

Rafael Llorente

Presidente de Familia y Vida

llorente@llorenteasociados.com