Opera prima de la directora iraní afincada en Estados Unidos, la joven, Massy Tedjedin (guionista de The Jacket), Solo una noche gira alrededor del mayor enemigo que puede atenazar a un matrimonio: la infidelidad.

Joanna y Michael parecen hechos el uno para el otro y conforman  un  atractivo  matrimonio que se ama. No obstante su relación se ve amenazada cuando la esposa  empieza a sentir celos de la complicidad que mantiene su esposo con una hermosa compañera de trabajo. Cuando Joanna se reencuentra con un antiguo novio: Alex, con el que vivió una historia de amor antes de su matrimonio, la joven empieza a sentir dudas…

Solo una noche es una interesante revisitación de clásicos como Breve encuentro o Estación Termini desde el momento que plantea la tentación que puede sentir una persona casada de incumplir su compromiso matrimonial y caer en la infidelidad. Dicho esto hay que añadir que este drama de personajes no añade nada nuevo a anteriores filmes que habíamos visto, pero está bien resuelto gracias a un correcto montaje y, sobre todo, a una excelente actuación de Keira Knightley y Guillaume Canet, quienes en pantalla poseen mucha química como pareja y trasmiten lo complicado que puede resultar ser honesto en la vida conyugal. A este respecto, y como consecuencia del conflicto moral en el que se ven involucrados los dos miembros de la pareja, se insinúan otros peligros que atenazan al matrimonio como la rutina o la permisividad moral de la sociedad actual.

A esto habría que añadir que en Sólo una noche molesta, por machacona e insistente,  la banda sonora y chirría (por topicazo) que el personaje con sangre más caliente de los cuatro sea la latina, encarnada por la actriz Eva Mendes.

Para: Los que les interese debatir sobre el compromiso que supone el matrimonio sea religioso o civil