Sr. Director:



El Consejo de la televisión, sí, sí, la TV que pagamos todos con nuestro dinero a través de los impuestos,  pretende convertirse en la "policía del pensamiento", al menos así lo está demostrando con su postura en el "caso de Monseñor Juan Antonio Reig Plá".



Caso que quiere llevar a la próxima reunión del máximo órgano de dirección de la entidad pública, se trata de una propuesta para "revisar" el contenido de la homilía pronunciada por Obispo de Alcalá de Henares, en la que invitaba a considerar algunos elementos de la doctrina de la Iglesia relativos a los pecados que han sido la causa de la Muerte de Cristo.

En ella habló de los homosexuales, personas que "como las otras merecen toda la dignidad y el respeto". El obispo se refería a que si se hace mal uso de la sexualidad se llega a rebajar la dignidad del ser humano. El tema de la polémica homilía, repito, era sobre significado del pecado que llevo a Jesucristo a la Cruz. Esto ocurrió el pasado Viernes Santo, día en el que la Iglesia rememora y venera la Santa Cruz que es el signo del cristiano. El hecho de que el sr. obispo mencionara algunas relaciones sexuales (prostitución, homosexuales, etc.), ha causado una fuerte polémica entre el lobby gay y sus simpatizantes y amigos.

Eso sí, en sus correrías y manifestaciones, especialmente en el día del "orgullo Gay", se puede ofender a los Obispos, a la Iglesia, a los católicos, etc. y "aquí no pasa nada", parece que tienen "patente de corso". Un obispo menciona en una homilía las causas de pecado el día más apropiado para ello y se arma la marimorena. Es hora de que nos despertemos, de que el Gobierno se ponga las pilas y haga lo que tiene que hacer, exigir el mismo respeto para todos y acabar con lo que está causando este malestar en la sociedad. En esta ocasión la TV pública, que, repito, pagamos todos, parece que es la causa de la polémica sirviendo a los intereses de unos cuantos.

Ya está bien y es hora de que pongamos la cosa en su sitio. No puede ser que un pequeño grupo de seudolacistas, nos margine continuamente. Vamos a llevarnos bien, si unos quieren que los respeten, estos deben aprendan a respetar. ¿No les parece?

Pedro J. Piqueras Ibáñez