¡Menudo aquelarre! El secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, y el hombre más rico de España, Emilio Botín, unidos por la investigación universitaria.

El presidente del SCH se ha gastado más de 125 millones de euros en poner en marcha el proyecto Universia, que enlaza muchas universidades a través de la Red. Pero no lo hizo por relanzar la investigación, sino, como dicen sus asesores de imagen, para "quitarle aristas", dado que su imagen pública es de hombre duro, hijo del dólar y depredador empresarial. No se ha conseguido nada pero, en cualquier caso, alguna rentabilidad hay que darle a ese dinero. Botín está enfurruñado con Internet, porque es donde su banco más ha fracaso, especialmente con la experiencia Patagon.

En cualquier caso, Botín y Zapatero coincidieron en algo: ambos reclaman más fondos públicos para investigación universitaria. Que lo reclame Botín resulta bastante lógico. Lo que desea una empresario es que el Estado, con dinero de todos, pague la investigación que necesita la empresa.

Pero la postura de Zapatero resulta más llamativa. Como un buen progresista, Zapatero ha decidido que lo que el Estado debe financiar es la investigación científica, básica o aplicada. Es decir, la visión del hombre como un productor. Zapatero ni mencionó la investigación humanística. Disciplinas como la filosofía, la sociología, la historia, el derecho, el arte o la literatura, no deben ser financiadas por el Estado; la investigación en semiconductores, sí. Parece más lógico que las empresas financien, como hacen en Estados Unidos (donde también financia la investigación básica), aquellas investigaciones universitarias de la que luego se beneficiarán. 

Pero el asunto aún resulta más grave: Zapatero considera que la gran asignatura pendiente en España es la relación entre la investigación universitaria (insistimos, financiada con dinero de todos) y la empresa. No es de extrañar que Botín asintiera, complacido, a la palabra del presunto líder político de izquierdas: se las ponían como a Fernando VII. Zapatero no ha dado con el socialismo de rostro humano, pero ya está en el socialismo de rostro bancario, en las mismísimas redes de Emilio Botín.

Eulogio López