Me remite el texto Alejo Fernández Pérez, con el adjunto de la Redemptionis Sacramentum, el texto de Juan Pablo II y el entonces cardenal Ratzinger sobre el valor de la Eucaristía y las faltas de respeto, sangrantes, al Santísimo. No tengo más que añadir salvo recordar que la abolición del sacrifico perpetuo constituye, desde los primeros padres de la Iglesia hasta hoy, uno de los signos inequívocos del fin de la historia.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com

SOBRE LA MISA

Muy Importante

Hace años que Juan Pablo II, junto al entonces cardenal Ratzinger, promulgó Redemptionis Sacramentum (que no hace más que recordar algunos puntos de lo que se está violando de las disposiciones), y sin embargo, poco ha cambiado.

¿Por qué? Porque no la han leído ni los Sacerdotes ni los fieles. ¿Ojos que no ven corazón que no siente?

Quien ama realmente a Dios, busca servirle con diligencia (que viene de amar, porque quien ama sirve prontamente y cuidando los detalles):

diligencia.

(Del lat. diligentia).

1. f. Cuidado y actividad en ejecutar algo.

2. f. Prontitud, agilidad, prisa.

5. f. coloq. solicitud.

7. f. ant. Amor, dilección.

Redemptionis Sacramentum recuerda que todos tenemos obligación moral grave de denunciar abusos en la liturgia.

Es evidente que pocos han leído esto dado que hay tan pocas denuncias sobre temas gravísimos como:

- No usar patenas/bandejas en la distribución de la comunión

- No purificar bien (limpiar) los vasos sagrados luego de la distribución de la comunión

- En los lugares donde, incluso engañando al Vaticano (por ejemplo, en Argentina donde para obtener la excepción, la Conferencia Episcopal faltó a la Verdad porque no se comulgaba así habitualmente), se ha permitido la comunión en la mano, no se cuida que se comulgue delante del que distribuye la comunión (con riesgo de profanación) y no se instruyó jamás a que se debe controlar inmediatamente que no hayan quedado partículas en la mano que hace de patena y que se debe lamer ésta inmediatamente (incluso en los primeros siglos, cuando se comulgaba en la mano, se usaba un pañuelo sobre la mano que hace de patena para evitar pérdida de partículas).

¿Es que no creemos el dogma de fe de que Jesús está REALMENTE presente en cada partícula de la Eucaristía con apariencia de pan? ¿Es que no somos Católicos? Entonces ¿cómo permitimos que Jesús caiga descuidadamente al piso y sea pisoteado al permitir que caigan las partículas? Aunque no sea intencional, el descuido es falta de amor, falta a la Caridad.

¿Sabías que la Sierva de Dios Luisa Piccarreta dice que padeció parte de los terribles dolores de la Pasión para reparar por esos maltratos a las partículas, a Jesús? ¿Sabía que todo pecado debe ser reparado y que descuidos como éstos cuestan sufrimientos atroces a las almas víctimas? Si no te importa Jesús, al menos ten misericordia de los que sufrirán para pagar por tu descuido.

En los últimos artículos, Redemptionis Sacramentum recuerda que todos tenemos obligación moral GRAVE de denunciar abusos en la liturgia. ¿Hay algo más prioritario que evitar el maltrato a Jesús? ¿Qué esperas? Luego de la corrección fraterna al párroco, denuncia esto por escrito a tu obispo (quédate con una copia sellada como respaldo) y si no hacen caso, denúnciales a la nunciatura apostólica de tu país (búscala en la guía telefónica o llama a informaciones).

En Redemptionis encontrarás muchos otros temas no tan graves para corregir fraternalmente y luego, si no hay éxito, denunciar, por ejemplo:

- Que no sean ministros ordenados (Sacerdote y Diácono) quienes repartan la comunión en las misas no multitudinarias (por ejemplo las de Lunes a Sábado por la mañana), es decir, los ministros extraordinarios de la comunión no tienen que repartirla en Misas donde no sea imprescindible para evitar que se extienda la distribución más de unos 15 minutos (normalmente unos 200/300 comulgantes).

- Que no se permita comulgar de rodillas y en la boca (por ejemplo en Argentina, durante la falsa epidemia de gripe A)