¿La migración es buena? No, la migración es mala. Significa que hay zonas del mundo en las que se vive en la miseria, y la gente está dispuesta a cualquier cosa, también a jugarse la vida, con tal de sobrevivir. Además, se van los que pueden, no los que quieren, con lo que el país pierde a los técnicos de clase media o potenciales técnicos de clase media- que son los que desarrollan un país. Además, la migración reduce la natalidad y la juventud, que son, en los países pobres más que en los ricos, el futuro de una nación. Si queremos ayudar a África, hay que hacerlo en sus países de origen. Y más que con ayudas, anulando las subvenciones agrícolas.

¿La emigración es un derecho? Sí. Lo natural a lo largo de la historia han sido las fronteras abiertas, no cerradas ni condicionadas. Desde un punto de visa cristiano, lo lógico es la apertura de fronteras y la acogida al inmigrante.

¿El inmigrante tiene derecho a imponer su modo de vida? No. Es más, debe aceptar el modo de vida del país que le acoge, salvo cuando atente directamente contra su conciencia y contra sus derechos básicos. Incluso puede llegar el momento de concluir que si es consciente de que el país de acogida difiere radicalmente de su planteamientos, lo que tiene que hacer es no forzar la vida en ese país. Los nativos tienen los derechos que le otorga la historia, inferiores a los derechos de la persona, pero dignos de ser tenidos en cuenta. Esto afecta especialmente a la inmigración islámica, que crea guetos en Europa y pretende imponer su modo de vida a la mayoría que la ha acogido. En definitiva, las fronteras tienen que estar abiertas siempre que el recién llegado pretenda acomodarse, no invadir, al país que le acoge.

¿Son los cayucos el principal problema que a España le provoca la inmigración? De ninguna manera, ni cuantitativa ni cualitativamente. Las fronteras deben ser tan abiertas como controladas, para evitar la entrada de delincuentes. La inmigración delincuente entra en España por las fronteras apenas vigiladas de Irún y Gerona. Entre esa delincuencia destaca la inmigración rumana y balcánica. La delincuencia emigrante poco tiene que ver con la nacionalidad no con las zonas geográficas. Por ejemplo, la inmigración polaca no da problemas en España, la rumana o ex soviética, sí.

¿Fue positiva la regularización del Gobierno español? Sí, en cuanto pretendía aflorar economía sumergida y afectaba a ilegales ya instalados en España. Lo que fue una majadería fue la presunción de los socialistas, con el ministro de Trabajo a la cabeza, Jesús Caldera, de que ellos no eran como el Partido Popular y de que legalizarían a todo el mundo. Al tiempo, Rodríguez Zapatero cedía ante Marruecos y permitía que Rabat utilizara a los inmigrantes negros, no subsaharianos, como chantaje contra España.

¿Tiene razón La UE al negarle su ayuda a España, tal y como acusa el PP? No. La Europa rica y suicida, incapaz de mantener su natalidad ni de defender sus principios, cierra las fronteras y fracasa en el cierre. Que España se las arregle como pueda. Además, el Gobierno Zapatero no pinta nada en Bruselas.

¿Puede la inmigración solucionar el problema de la baja natalidad europea y el envejecimiento de su población? No, al menos durante una generación. Los inmigrantes cotizan muy poco para sostener el sistema de pensiones.

¿Ayudan los inmigrantes ala economía? Sí, porque aceptan los trabajos que no acepta el español.

Conclusión: el problema migratorio no viene de fuera, está dentro de España y de Europa, de una UE que renuncia a ser ella misma y que se enroca con poco éxito- para defender no su sistema de vida, sino su nivel de vida. Es la mejor forma de perder ambas cosas. No hay que cerrar las fronteras, sino abrir el corazón.

Eulogio López