Según Damasco, las tropas sirias han concluido en la mañana del martes su retirada del Líbano, pero Washington no acepta que este sea el final del proceso. El asunto no resulta baladí por cuanto George Bush tras el fracaso político de la guerra de Iraq intenta abrir un segundo método, en Líbano, para democratizar Oriente Medio, que sigue siendo una de las claves de su política exterior.

En cualquier caso, Siria insiste en que no controla milicias libanesas y que ha cumplido con los requisitos la comunidad internacional.

El petróleo, en el entretanto, parece haberse acostumbrado a los sustos: no se ha movido, aunque eso sí, no se ha movido de la cima. Las noticias internacionales no parecen afectarle, y seguimos con un barril Brent en 54 dólares. Por eso, Bush ha recibido con todos los honores al príncipe heredero Abdalá Abdulaziz, considerado, antes que cualquier otra cosa, un fundamentalista. Necesita que Arabia rompa con la OPEP y fuerce un descenso real de los precios del crudo que está afectando de forma dura a Occidente.