Decíamos ayer que Europa parece abocada a un enfrentamiento con el Islam -esperemos que no- con dos distingos respecto a pasados enfrentamientos con las huestes de Mahoma: que ahora la quinta columna está dentro y que el Viejo Continente arroja sus armas, es decir, su ideario, el Cristianismo- antes de entrar en batalla.

Pues bien, Benedicto XVI -echamos mano otra vez de la imprescindible Agencia Zenit- insiste en que Europa será cristiana o no será. Es decir, que no consumará su unión.

El argumento es tan claro, tan simple, tan evidente, parece mentira que los europeos, especialmente sus políticos, no lo entiendan. Pero así es.

Eulogio López

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