En los años ochenta, el comunicólogo de moda era John Nassbitt, el autor de Megatendencias, asesoró a un tiempo a Ronald Reagan y Mijail Gorvachov, lo que muestra que era un buen comercial. Pues bien, Nasbitt aseguraba que para saber lo que pasaba en el mundo no había que leer la prensa del Sistema, es decir, los grandes periódicos, ni ver las grandes cadenas de TV. Decía, por contra, que lo que había que leer para saber hacia dónde caminaba el mundo era la prensa local, aquella que aún cumplía el primer mandamiento periodístico : A la gente le interesa la gente. Además, los grandes multimedia estaban perfectamente controlados porque formaban parte del discurso cultural imperante, del Sistema. Es más, eran los valedores y guardianes quizás jefes, del Sistema.

Pues bien, en el siglo XXI para saber por dónde va el mundo hay que leer los Blog de Internet, lo diminutos medios de comunicación de la WWW y la prensa gratuita, que es tan amarilla como distinta a la plúmbea prensa de pago. Al menos, ahora, cuando aún está desarrollándose: en breve la prensa gratuita estará regida por el Sistema, por los grandes editores, más preocupados de su cuenta de resultados que de sus lectores, pero por ahora todavía nos sirve.

Pues bien, el diario gratuito Qué!, ha titulado : Los hombres plancharán ¡por ley!. La diputada del Partido Nacionalista Vasco (PNV), Margarita Uría quiere introducir una enmienda en la Ley del Divorcio Express (¡España convertida en Las Vegas, que guay, era justo lo que necesitaba este país!) para que los hombres compartan las tareas doméstica con las mujeres.

No vamos a entrar en si los hombres ayudan o no ayudan a las mujeres, sobre lo que mandan éstas y aquéllos, sobre si la medida es justa o no. No, lo grave es que es una medida impuesta, coactiva, porque las leyes siempre son coactivas. Es la norma más peligrosa de nuestro tiempo : el Estado, es decir, el poder, nos dice cómo debemos vivir, aunque, claro está, nos consuela saber que lo hace por nuestro bien. Se introduce en la vida del individuo y en los hogares, en la intimidad, en uno de los silenciosos ataques con la libertad individual. En todo : está bien no fumar, pero no si te obligan a ello.

No es malo que las empresas sean solidarias, pero es horrible que lo sean por fuerza de ley.

Es muy malo que alguien quiera suicidarse, pero aún es peor que te suicide el médico, y esto aunque sea en defensa de la sanidad pública. Y así con todo.

El problema del progresismo tipo Zapatero es que no creen en la libertad. Por eso consideran que hasta la solidaridad debe ser impuesta por ley.

Hemos pasado de sentar un pobre a la mesa a sentar un político a la mesa: ¿verdad que este invitado resulta especialmente repugnante?

Eulogio López