Lo de la Comisión Europea bate todas las marcas de sumisión a los intereses alemanes. En el caso Endesa, ha impugnado todas las decisiones de la Comisión Nacional de la Energía (CNE) y gentilmente ha ofrecido a la agencia Euratom como garante del traspaso a E.ON de los activos nucleares de Endesa, que la CNE prefería ver en manos españolas.

La actitud de Bruselas resulta sorprendente cuando la liberalización europea de la energía ha sido frenada, durante dos décadas por el Gobierno de País, que consideran que su EDF (70% del potencial nuclear europeo) es un activo estratégico que debe estar, no en manos francesas, sino en manos del Gobierno francés. Pero claro, es la energía nuclear francesa, no la española.

Está claro lo que pinta el Gobierno zapatero en Europa y está claro que la Europa de los 25 se está convirtiendo en el IV Reich.