El Gobierno Merkel, dispuesto a hacer incompatible a perpetuidad, y por ley, la pertenencia al consejo de administración y al equipo ejecutivo antes de que Alemania ese convierta en el paraíso de la corrupción empresarial

Es probable que el presidente del Consejo de Administración de Siemens, Heinrich von Pierer, se haga daño al andar, al pisarse su enorme rostro. El presidente del Consejo de Administración de la multinacional alemana ha decidido que la mejor defensa es un buen ataque y ha concedido una entrevista a Der Spiegel, convenientemente traducida por el diario español El País, en la que afirma: Vamos a acabar con el fantasma de la corrupción.

La verdad es que lo que se espera en medios económicos y políticos alemanes es que Von Pierer y el CEO de Siemens, Kleinfeld, sigan el mismo camino de Thomas Ganswindt, miembro del Comité Ejecutivo Mundial de Siemens (Zentralvorstand) que ha ingresado en prisión acusado de sobornar a cargos públicos de gobiernos extranjeros, tras una investigación de la Fiscalía de Munich.

La posición de Von Pierer resulta especialmente delicada cuando antes de dirigir el Consejo de Administración, fue vicepresidente Ejecutivo de la Firma: ¿Realmente podía desconocer lo que estaba ocurriendo?

El esquema alemán de gestión se basa en una radical separación entre el equipo ejecutivo y el Consejo de Vigilancia. Por eso, tras los escándalos en Deustche Bank, Volskwagen y Siemens, se baraja la posibilidad de promulgar una norma que impida que los ejecutivos puedan convertirse en miembros del Consejo de Administración, antes de que Alemania se convierta en el predio de los escándalos empresariales.