Hispanidad ya lo anunció de 18 de agosto: la multinacional alemana cambia de bandera política para adecuarse a la llegada de Rajoy a La Moncloa. El interés ha forzado a Peter Lösher a prescindir de su amigo Belil, a quien había asegurado la continuidad, en público, "durante muchos años". Siemens necesita seguir controlando las infraestructuras españolas desde Alemania y deteniendo el crecimiento de la ingeniería española competidora

Ocurrió durante la visita del presidente de Siemens, Peter Lösher a España, en junio de 2010. Por aquel entonces el acceso del Partido Popular a La Moncloa no parecía tan claro como hoy.

Hispanidad le pregunta al número uno de la mayor multinacional -con permiso de General Electric- de bienes de equipo del mundo si contaba con su presidente (bueno, Ceo) en España, Francisco Belil, quien ya había cumplido la edad de jubilación habitual en las multinacionales alemanas (63). La melodramática respuesta de Lösher consistió en levantarse, ante la selecta concurrencia, acercarse a Belil y abrazarle en medio de los aplausos de todos los próximos... ejecutivos de la empresa. Al tiempo, Lösher aseguraba que Francisco Belil seguiría al frente de Siemens España "por muchos años".

Meses después ya le estaba buscando sucesor y, a finales de julio ya había decidido que Rosa María García, a la que todavía se la conoce como "la jefa de Microsoft" sucede a Belil.

Hispanidad lo adelantó el pasado 18 de agosto, cuando los alemanes ya habían encontrado a la sustituta de Belil, tras meses de búsqueda.

Con el PP, Siemens tuvo a Eduardo Montes como líder en España. Montes era amigo personal de Aznar y reconocido pepero. Cuando Zapatero se impuso hubo que buscarle sustituto y se encontró a un filosocialista, Francisco Belil, todo un progresista llegado desde Bayer. Ahora, Siemens contrata a Rosa María García, conocida por sus tendencias más conservadoras y próximas al PP. Por lo demás, una buena directiva, que conste.

Y es que el negocio es el negocio y las lealtades no aportan fondos. Es la política de Siemens, la multinacional que se ha tenido que reinventar a sí misma porque su afición al soborno le suponía vetos en muchos países. En España, bajo el Felipismo, contó con un líder socialista, Francisco Francés, que fue condenado por el caso AVE, o financiación irregular del PSOE en el que resultaron implicados ministros y altos cargos del PSOE. Ni esa condena en firma por soborno provocó un freno en el proceso de colonización de España por Siemens y al buen trato y deferencia del Gobierno español y de las grandes empresas españolas, especialmente las privatizadas y/o reguladas.

Pues bien, se acaba la era PSOE: ahora comienza la era del Partido Popular.

España es, además, vital para Siemens. Los germanos son tratados en nuestro país con mayor deferencia que en ningún otro. No se entienden las infraestructuras de transporte, de sanidad, de energía o de telecomunicaciones... sin el marchamo Siemens. Y eso que los alemanes no nos quieren como fabricantes sino como consumidores. Han cerrado fábricas en Aragón y mantiene otras factorías bajo mínimos en nuestro país. El AVE, por ejemplo, lo tienen controlado, a pesar del fabricante español Talgo.

La Administración española siempre ha optado por el gigante alemán incluso a costa de frenar el desarrollo de la ingeniería española que ahora debe conformarse con las divisiones especializadas de Repsol e Iberdrola, Indra y poco más.

Pero ahora tocaba un 'chairwomen' próximo al Partido Popular: Rosa María García sustituye a Francisco Belil. Como corresponde.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com